Miguel De Unamuno

Pero, probablemente y con todas sus contradicciones, quién mejor supo analizar aquel acontecimiento fue el vasco Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864-1936), autor de numerosos ensayos sobre la realidadespañola.

Y es que, en la voluminosa obra del bilbaíno sobresalen dos temas por encima de los demás: uno es el religioso y, más concretamente, su introspección espiritual; y el otro es el tema deEspaña, sobre el que arrojó verdaderos ríos de tinta y en cuyo análisis mostró tantos bandazos como en toda su restante obra.

Porque Unamuno fue un pensador asistemático, sus ideas carecen de unaestructuración preconcebida y, como las iba lanzando aquí y allá, muchas veces incurre en verdaderas contradicciones. Es famosa su tesis de “europeizar a España” que, con el tiempo, se convirtió en“españolizar Europa” y en que España debía limitarse a ser “reserva espiritual de occidente”.

Sin embargo, en lo que respecta a la cuestión de las Filipinas y, más concretamente, a la personalidad de Rizal,tema de este Epílogo, parece tenerlo muy claro y culpa de la pérdida de esta colonia a la ineptitud de los políticos.

José Rizal pertenecía a la burguesía colonial y había estudiado Medicina yFilosofía y Letras en Madrid –donde coincidió con el propio Unamuno-. Era un reformista que se convirtió en líder de los insurgentes filipinos casi por casualidad.

Como éstos precisaban un intelectualde fuste para su movimiento, lo encontraron en Rizal. Así, el pensador que propugnaba una cierta autonomía para Filipinas, se convirtió en presunto independentista.

El resto, hasta convertirlo enmártir de la causa, lo hicieron los políticos españoles con su torpeza al detenerlo, acusarlo de sedición y fusilarlo.

Todo esto es lo que viene a decirnos, con su habitual vehemencia, Unamuno, quellega a definir a Rizal como un romántico idealista que jamás pensó en llegar a convertirse en caudillo de ninguna sublevación sino que, como decíamos, se vio arrastrado por los acontecimientos...