Miguel hernandez
Hacia 1.936 nos encontramos con el poeta en su plenitud. Ese año publica “El rayo que no cesa”, en elque ya aparece su gran tríptico temático : la vida, el amor y la muerte. Pero, sobre todo, el amor, vitalista y que se estrella contra las barreras que se alzan a su paso. Ese “rayo” alude a una penaque se clava en su corazón con presagios de muerte. El molde para estos temas es, principalmente, el soneto, elaborado de forma tan perfecta que la técnica queda oculta. A ojos del lector parece brotarespontáneamente la palabra. Al libro pertenece asímismo la “Elegía a Ramón Sijé”, en tercetos encadenados y que constituye una de las más impresionantes de la lírica castellana, por la fuerza de laamistad que emana.
En esta misma fase de su producción apreciamos el impacto del Surrealismo en dos nuevas elegías a Vicente Aleixandre y a Pablo Neruda.
Entonces llega la guerra y el poeta iniciauna etapa de poesía comprometida y de circunstancias, con el lógico menoscabo de la calidad. Aparecen “Viento del pueblo” – en el que se incluye el popularísimo “Aceituneros” (“Andaluces de Jaen….”) –y “El hombre acecha”. Hernández declara al principio de primero : “Los poetas somos viento del pueblo : nacemos para pasar soplando a través de sus poros y conducir sus ojos y sus sentimientos hacialas cumbres más hermosas”. Pero el segundo de estos libros es ya menos pródigo en arengas políticas ; predomina en él un acento de dolor por la tragedia de la guerra. Con todo, a pesar de la menor...
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