Miguel Hernandez
Miguel Hernández, nacido en 1910, pertenece cronológicamente a la Generación del 36; sin embargo, por su evolución poética, sintetizaen su corta carrera literaria la modulación de los poetas del 27 (el propio Dámaso Alonso lo llamó “genial epígono de la Gen´27”).
Miguel Hernández comenzó, en su primera formación en su Orihuelanatal, al calor del maestrazgo del sacerdote Almarcha, con los clásicos de nuestro Siglo de Oro. Cuando era adolescente, comenzó a conocer a los poetas del 27: Jorge Guillén, en esos momentos profesor enla Universidad de Murcia, y Lorca, cuya Conferencia «La imagen poética de Góngora» fue publicada en el diario «La Verdad» de Murcia y fue, tal vez, uno de los caminos que llevó a Hernández a Góngora.De este conocimiento del poeta culterano vino la composición de octavas reales (la estrofa de la Fábula de Polifemo y Galatea). Así, en 1933 (tras el fracaso de su primera estancia en Madrid),Almarcha, que luego será obispo de León, ayudará a Hernández a publicar en la editorial «Sudeste» de «La Verdad» de Murcia, su primer poemario, Perito en lunas, una colección de octavas reales que fusionangongorismo, simbolismo y ultraísmo. Es por entonces que conoce a Federico García Lorca, que andaba por Murcia de gira teatral con «La Barraca»; Hernández siempre le rendirá admiración a Lorca, quien,por el contrario, lo ignorará.
Quienes no lo ignorarán y serán sus padrinos en el camino de la madurez poética ya en su segunda estancia madrileña serán Pablo Neruda y Vicente Aleixandre. Se adentraya Miguel Hernández en el camino de la “poesía impura”, el surrealismo y la “rehumanización del arte”, siempre fusionado con la tradición de nuestro Siglo de Oro (así será, como Lope y Quevedo en elsiglo XVII y Lorca o Gerardo Diego en la Gen´27, un gran sonetista en El rayo que no cesa). Con El rayo que no cesa, publicado por Manuel Altolaguirre en enero de 1936, Miguel Hernández ha acelerado...
Regístrate para leer el documento completo.