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Adriano (76 d. C. - 138 d. C.), nacido en España de una familia romana de provincias, fue nombrado emperador de Roma en 117, sucediendo a su tío Trajano. El reinado de Adriano fue marcado por una voluntad marcada de preservar la "pax romana", con renuncia a nuevas conquistas, a pesar de que, al final, se vio obligado a entrar una guerra desastrosa causada por una revueltaen la provincia de Judea, denominada Palestina posteriormente. Reforzó las fronteras con fortificaciones como, por ejemplo, la Muralla de Adriano en el norte de la isla de Gran Bretaña y el Limes en Germania. Adriano estuvo mucho tiempo alejado de Roma, viajando infatigablemente por todos los rincones de su vasto imperio. Siempre intentó dar a las provincias una mayor importancia política a la vezque las identificaba con el conjunto del estado. Su preocupación por la prosperidad y el bienestar le llevaron a emprender reformas de largo alcance en los campos administrativo, judicial, educativo, fiscal y militar, llegando incluso a desarrollar una cierta protección legal de los esclavos.
Siendo como era un buen conocedor del arte, decretó la construcción de algunos edificios diseñados porél mismo, muy especialmente el aún existente Panteón romano, una notoria e innovadora construcción rematada en cúpula. Su amor por la cultura y la historia griegas hicieron de Grecia su provincia favorita, hasta tal punto que devolvió a Atenas un ápice de su gloria, largo tiempo perdida, tras un gran periodo de estancamiento y antes de su decadencia definitiva. La tradición griega también lefacilitaba a Adriano un modelo para sus inclinaciones eróticas. Aunque no hay duda de que tuvo también relaciones sexuales con mujeres y está claro que él no se concebía a sí mismo como "homosexual" (un vocablo, por añadidura, desconocido en la Antigüedad), sí parece claro que tenía preferencia por los varones. Con seguridad, a quien Adriano más amó fue a un joven griego llamado Antinoo, quien estuvoa su lado durante cerca de seis años, hasta la muerte prematura del joven en el Nilo. Adriano insistió en que se deificase a Antinoo, aunque debía saber que la concesión de un honor semejante (que solía estar reservada a los emperadores muertos y sus familias) a un extranjero, no sería bien vista en Roma. No obstante, lo que la opinión pública no veía bien no era la relación pederástica sino elsesgo religioso y político que Adriano les dio.
Adriano jamás había sido muy popular en la metrópolis, cuya ausencia el pueblo concebía como desidia. Cuando volvió a vivir a Roma, tampoco se instaló en la misma ciudad, sino en sus afueras, en la "Villa Hadriani",
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| Antinoo |
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un gran conjunto de ensueños arquitectónicos que evocaba reminiscencias de sus viajes.Además, varias enfermedades dolorosas, complicaciones cardiacas e hidropesía ensombrecieron sus últimos años, y causaron que los rasgos más negativos de su carácter estuviesen siempre a flor de piel; entre ellos, una extrema pedantería, rencor, dureza de trato e incluso una cierta crueldad, aunque no es menos cierto que se los rumores de sus enemigos exageraron en gran medida el alcance sus actosmás arbitrarios.
En todo caso, su última voluntad de adoptar a Tito Aurelio Antonino como sucesor, obligándole a su vez a adoptar al joven Marco Anio resultó ser una bendición para Roma, a la que dio unas cuantas décadas más de una tranquila estabilidad.
LA HISTORIA COMPLETA
Publio Elio Adriano nació en el año 76 d. C. en la ciudad de Itálica, en la actual España suroccidental, en una regiónque era entonces la provincia Bética romana, hoy conocida como Andalucía. Itálica, llamada por su nombre completo "Colonia Vitrix italicenses" fue fundada en el año 205 a. C. una vez que los romanos hubieron arrebatado Hispania a los cartagineses, con el fin de convertirse en una colonia para los veteranos de esa guerra. Los antecesores de Adriano fueron de los primeros en aposentarse y fueron...
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