MINA ANTIPERSONAS

Profetas: mensajeros de Dios y mártires
de los hombres
Miguel Ángel Medina
(Abril 2006)

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Hoy apenas existen persecuciones de cristianos en sentido tradicional (si exceptuamos algunos países musulmanes). Ningún sistema político podría permitirse semejante cosa. No se hacen "mártires”, sino que se condena a los “enemigos del pueblo”. Los mártires de hoy no mueren porun artículo de la fe, o por la ortodoxia, sino por la orto praxis; es decir, son perseguidos y ajusticiados por luchar en la vida privada y en la pública a favor de la justicia, siguiendo las exigencias de su fe. Hoy, en América, Asia o África, la persecución y el martirio emergen también de un poder desafiado por el derecho a hablar y enseñar sobre la persona de Jesús.

1. ¿Quedan profetas?La historia de la humanidad muestra la presencia continuada de profetas que encarnaron el espíritu y la palabra de Jesucristo de un modo bienhechor y peligroso a la vez. Oseas, Amós o Jeremías son ejemplos del AT. Después de Jesús de Nazaret, todos sus seguidores son investidos con el poder del Espíritu para ser testigos del Resucitado, sin embargo han seguido apareciendo figuras señeras,mensajeros de Dios que han iluminado la marcha de la humanidad. Ejemplos de ello son Francisco de Asís y Domingo de Guzmán, Juana de Arco, Brígida de Suecia, Hildegarda de Tréves; Pedro de Córdoba o Bartolomé de las Casas… Y más cercanos a nosotros están M. Lutero King o Mons. Oscar Romero, muertos por su compromiso profético.
Seguramente estamos saliendo de un momento histórico en el que las figurasproféticas han tenido un papel reconocible. Sin duda, todavía hay grandes hombres y mujeres, que suscitan un interés en los medios de comunicación, pero son casi siempre "institucionales": papas, cardenales… Sin embargo, hay que reconocer que ya no se ven grandes personalidades, quizás porque vivimos en una época que es, al mismo tiempo, floja y caótica. Floja porque se están realizando lasprevisiones de Fukuyama (felicidad general a través de la democracia y mercado) y caótica, porque la democracia crea crisis violentas de identidad...
Por otra parte, en nuestra época, el mal es socarrón, hipócrita y subrepticio. Es mucho más fácil ser profeta cuando la maldad es descarada. Por último, hay mucha palabrería.
Pero sí hay profetas, personas que dicen una palabra de parte de Dios,anticipándose en el tiempo, y que saben decirla aun a costa de su vida. Ellos son el compromiso de Dios con la historia de la humanidad, y las víctimas que la humanidad crea por ejercer el ministerio encomendado por Dios.
Etimológicamente el concepto "profetés" especifica las características que ha de tener el profetismo del siglo XXI: habla "en lugar de Otro", "abiertamente" y "con proyección de futuro".Estas características terminológicas pierden todo su significado si nos olvidamos de un dato fundamental: el otro, no es una persona cualquiera, sino el Otro con mayúsculas.
a) Habla en lugar del Otro: Se sienten altavoces de Dios y hacen suyo el "pathos" de Dios. Por supuesto, esto no puede producirse sin que se realice una alteración que posibilita la identificación con los deseos de Dios (verla biografía de Mons. Romero), hasta ser capaces de empezar sus amonestaciones con "esto es palabra de Dios".
La vocación de estos personajes es un proceso catártico –en tres experiencias sucesivas– que da a luz una nueva personalidad: la sensación de la grandeza de Dios que les llama y confía en ellos para una aventura peligrosa y un ministerio que les sobrepasa. Resistencia a asumir esatarea. Finalmente, apaciguado el espíritu, surge el convencimiento de haber recibido un nuevo Espíritu para realizar la misión que Dios le ha encomendado.
b) Habla abiertamente: La enorme carga del profeta es que "no puede guardarse para sí su experiencia de Dios". Es el místico para los otros. Y gracias a esa experiencia es capaz de transmitir una palabra poderosa, capaz de construir y destruir....