Minerales

¿ES POSIBLE ACABAR CON LA POBREZA
SIN DESTRUIR EL AMBIENTE?
Jorge Hintze1

La frase “producir riqueza es destruir naturaleza” expresa con eficacia la, acaso, mayor
contradicción a escala planetaria de la época que nos ha tocado vivir. Salvar a las generaciones
descendientes de mayor parte de la población del mundo que hoy vive en la pobreza y el hambre
de continuar sufriendo la suerteactual de sus padres sólo puede lograrse creando más riqueza y,
hasta ahora no parece haber modo de hacerlo sin una grave destrucción del equilibrio ambiental
planetario.
Es claro que existe una escandalosa desigualdad en la actual distribución de la riqueza al
interior de la mayor parte los países. Pero ello no ocurre en los países ricos sino sólo en los
pobres2, en los que una buena equidaddistributiva significaría apenas una mejor distribución de la
pobreza. No es ni remotamente suficiente disminuir la desigualdad dentro de los países para que
la pobreza deje se ser el estigma de la época; es preciso disminuirla entre los mismos. Y no
parece imaginable otra forma de que ello ocurriera que mediante el desarrollo económico de las
regiones más pobres del planeta, al menos hasta labarrera de la vida digna (acceso a la
alimentación, salud, educación, educación, energía, información). Producir los bienes y servicios
mínimos de los que hoy carecen más de dos tercios de la humanidad significaría, seguramente,
más que duplicar el tamaño de la economía del mundo. Y todo indica que no es posible duplicar la
economía mundial sin una grave destrucción del equilibrio ambientalplanetario. Si las actividades
ecológicamente neutras son aquellas cuyo perjuicio ambiental puede ser reparado o evitado,
lamentablemente, la actividad económica actual no se encuentra entre ellas.
En efecto, entre los múltiples perjuicios ecológicos que las economías actuales producen, la
contaminación de la atmósfera con el dióxido de carbono resultante del uso del petróleo y otros
combustiblesfósiles es uno de los más graves, entre otras razones, por las potencialmente
catastróficas consecuencias del llamado “efecto invernadero” (expresión con que se alude al hecho
de que la atmósfera del planeta recibe más calor solar del que refleja al espacio exterior,
calentándose progresivamente). Los “gases de invernadero” –el dióxido de carbono es el principal
de ellos- hacen que laatmósfera retenga el calor solar y, actualmente, cada día la actividad
económica humana vierte más de 61 mil toneladas métricas de este gas en la atmósfera.
Entre las consecuencias negativas del efecto invernadero, quizás la que representa el
mayor peligro para la humanidad es el posible aumento del nivel de los mares (debido a la
dilatación del agua a causa de la temperatura y el deshielo polar yglaciar). El Panel
Intergubernamental sobre el Cambio Climático (instancia creada en el ámbito de las Naciones
Unidas) ha estimado que, al ritmo que llevamos, en el año 2050 (fecha en la que vivirán nuestros
hijos y nietos) el incremento de la temperatura media del planeta por causa del dióxido de carbono
podría ser de no menos de un grado centígrado. Un grado en la temperatura media de laatmósfera es una cifra muy alta: según James Hansen3, experto reconocido en este tema y
director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, este incremento llevaría la
temperatura media de la tierra al del período interglacial más cálido conocido en la historia
planetaria (que tuvo lugar hace unos 120 mil años), en el que el nivel de los mares sobrepasaba en
cinco o seis metros elactual. Si, en efecto, dentro del siglo 21 en el que ya vivimos, se produjera
tal incremento del nivel de los mares, desde el punto de vista de la vida se trataría de la mayor
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Director de TOP, Centro de Desarrollo y Asistencia Técnica en Tecnología para la Organización Pública, www.top.org.ar
En los países ricos (en los que, por ejemplo, el ingreso anual promedio per cápita supera los 15 o...