Ministro

El Camino del Desierto
Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los Filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: Que quizá no se arrepienta el pueblocuando vieren la guerra, y se vuelvan á Egipto: Mas hizo Dios al pueblo que rodease por el camino del desierto del mar Bermejo. Y subieron los hijos de Israel de Egipto armados. Éxodo 17-18
Abrahamdebió dejar su reino en Ur, debió ir al desierto a un peregrinar duro e interminable, a las sequias, al hambre, a los países extraños.
Moisés debió ir al desierto, dejando los ricos deleites delesplendor egipcio; debió dejar las tierras fértiles, el Nilo caudaloso y las múltiples comodidades.
Elías debió ir al desierto, lloroso, afligido y amenazado, siendo perseguido hasta la muerte ydebiendo ser alimentado por aves.
Juan el Bautista y precursor de Cristo, debió ir al desierto a comer langostas y miel silvestre.
Pablo debió ir al desierto, luego de su conversión, a la Arabiapedregosa e inhóspita.
Jesús mismo, después de ser bautizado, tuvo que ir al desierto a fin de ser tentado.
No hay hombre ni mujer que al adentrarse en el conocimiento de Dios y de la vidaespiritual. No deba ir al desierto. Los que no van voluntariamente irán involuntariamente. A muchos hombres y mujeres del siglo XXI estas palabras podrían tal vez resultar incómodas, yhasta...
incomprensibles. Y no es de extrañar. Pero es un camino por el que tenemos que entrar si queremos llegar a Dios.
No hay que interpretar el desierto de una manera amenazadora. Es arduo y difícil,pero necesario. Y nuestra vida cristiana tiene que pasar necesariamente por el desierto. Es decir, por la experiencia del silencio y de la soledad, del desprendimiento de las cosas materiales, delsacrificio y, sobre todo, de la oración y del encuentro íntimo y personal con Dios.
Sin embargo, todos los seres humanos –independientemente de nuestro credo, cultura, edad, sexo o condición...