mio cid
Los trovadores de la Provenza emprendieron la tarea de rescatar el AMOR entre humanos de las abstracciones, de las palinodiasagustinianas y las invectivas de los frailes misóginos, para ponerlo en el candelero: en la ardiente atracción, mutua e irresistible, entre el hombre y la mujer, en cuanto hombre y mujer. Por primera vez ypara siempre en la cultura cristiana el amor entre los sexos fue cantado y ensalzado como fuerza y virtud ennoblecedoras, asi no divinizante.
En el otro frente, los mercaderes, comerciantes yfinancieros, se comprometieron a la penosa, aunque sí muy enriquecedora, tarea de cambiar la mentalidad TRADICIONAL, moralística, de la alabanza a la pobreza y la condenación del dinero como el MAMONNAINIQUITATIS. Valdría concluir, a la vista de los resultados y con nuestra perspectiva histórica, que ningún otro grupo cultural fustigó, tan severamente como el cristiano, el amor de las mujeres y lasriquezas. Por otro lado, y quizá por ello, ningún otro grupo cultural ha cantado más abundante, bella o sentidamente a la mujer ni ha acumulado tamañas riquezas.
Concentrémonos en el dinero, que es lo queaquí me concierne más de cerca. Con el explosivo éxito de las Cruzadas y el expansionismo del mercado, los mercaderes se hacían cada vez más numerosos y más prósperos. La gente, que había oídopredicar una y otra vez que el dinero no paría dinero, la razón de la dura condena de la usura, se daba cuenta que, en realidad, el dinero de alguna manera parecía reproducirse y multiplicarse con mayor...
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