Miopía

MIOPÍA

DIANA CAROLINA JIMÉNEZ
carolinaj@elcolombiano.com.co

El asunto parece ser simple: nos hacemos participes y protagonistas del cambio afrontando uno a uno los retos que nos impone; ó nos quedamos fuera de él, asumiendo todas las consecuencias.

Pienso que la cuestión es abrir la mente, mirar el mundo y entender para qué cambiar. Una vez hecha la tarea, empezar a transformarse.El 7 de agosto de 2005, el Presidente de la República, Álvaro Uribe le presentó al país una propuesta abierta a la discusión y al aporte de diferentes sectores la visión Colombia 2019. Los miopes pensaron que se trataba de una estrategia política con miras a la reelección que ya se avecinaba; e incluso, muchos relacionaron el 2019 con el plazo que el mandatario deseaba mantenerse en el poder. Elejercicio fue recibido por muchos con los peros característicos de los contestatarios, lo cual le impide a cualquier país consolidar fácilmente un proyecto de Estado serio que lo conduzca al puerto deseado.

Si bien Drucker plantea desafíos que abarcan los diferentes ordenes sociales, económicos y políticos, la dimensión del ser humano es tan interesante como compleja. El último capítulo de suobra dedicado a la Administración de uno mismo, plantea la necesidad de propiciar una revolución de los asuntos humanos, que puede resultar más difícil que todas las anteriores: esto no sólo implica una revolución netamente educativa, sino una renovación radical en las actitudes y los hábitos en los que hemos venido forjando el presente y el futuro. Es decir, esto pone en el camino una serie detareas urgentes que desde diferentes sectores debemos empezar a plantear y ejecutar.

Produce temor el hecho de preguntarnos si todavía estamos en aquella época a la que Drucker hizo referencia, donde la “mayoría de las personas no esperaban cosa diferente de mantenerse en su lugar”. Sin duda, una parte la sociedad está en función del éxito y el ascenso social y económico, mientras que para laotra el éxito es todavía desconocido, ya que la gran mayoría de sus esfuerzos se destinan a la supervivencia. Aún en el primer grupo, son pocos los que tienen una verdadera consciencia acerca de la importancia que detenta el conocimiento. Para la gran mayoría, la educación sigue siendo una forma de ascenso social y económico, más que una posibilidad verdadera de generar desarrollo y progreso en biende nuestras sociedades. Carece de consciencia social y colectiva; de espíritu emprendedor; tiene una visión miope acerca del contexto global y en la gran mayoría de los casos, trabaja para favorecerse ella misma sin una orientación hacia las posibilidades de impulsar el desarrollo desde el ámbito profesional, sea cual fuere.

En el caso concreto de nuestra clase empresarial es fácil darsecuenta que muchos no han podido superar aquella soberbia intelectual de la que habla Drucker y que tanto daño le hace a las organizaciones de hoy. Si bien su estilo de gestión fue exitoso en su momento, muchos creen que tienen la fórmula mágica, que están por encima del bien y del mal. Además, en el sector público son escasos los líderes de cambio con capacidad para dirigir grupos, con conocimientossuficientes o por lo menos aceptables acerca del entorno, con la visión que requieren para manejar las organizaciones que tienen a su cargo. La gran mayoría tienen una preparación mínima y su disposición para capacitarse también lo es.

Para avanzar hacia la ruta planteada por Drucker hay que trabajar en varios frentes. De un lado, el cambio de actitud también tiene que ver con la disposiciónpara educarse y capacitarse a lo largo de la vida laboral, ya que el ritmo en el que estamos inmersos hace que nuestros programas educativos se vuelvan obsoletos en corto tiempo. Esto es una responsabilidad compartida entre el Estado, las organizaciones y las personas. También es necesario reorientar y estructurar la oferta educativa, de modo que sea pertinente a las necesidades del momento....