Mirada Rostrospectuva
En sus obras, Cortázar desordenaba el arte en favor de la vida, al cuestionar el lenguaje establecido.Precisamente, en "Rayuela" -uno de los modelos de revolución de las palabras, de rebelión verbal heredada de la experiencia surrealista anterior a los años 60- muestra Cortázar sus afinidades con lamúsica afronorteamericana, mezcladas de remembranzas autobiográficas.
Su amor por el jazz, por su capacidad proteica, se hace evidente en cuentos, artículos y páginas recordables de "La vuelta aldía en ochenta mundos". Y sobre todo en "El perseguidor", como veremos.
Borges era sordo para la música. Lo afirmaron -eufemísticos o no- músicos eminentes, como Piazzolla. En todo caso, su música(la de Borges) anidaba en las palabras -en los juegos de palabras-, en sus sonidos, en su ritmo y sus cadencias.
Cortázar, en cambio, según contó su hermana, tocaba el clarinete. Y desde muy niñohabía practicado en el piano. "Los negros de allá, de Norte América, le gustaban. Los tangos, esas cosas nuestras, no." Al final, la nostalgia de Buenos Aires, en Europa, lo volvió al tango.
Por unlado habían estado la mamá y la tía de la infancia, que tocaban a cuatro manos en el piano Blüthner. Por otro, esa casa (la de él) "que había visto nacer el disco", donde él y otros fanáticostransitaban por las notas de Armstrong, que alternaban con sopranos, tenores y barítonos italianos, y ese nefasto Minué de Paderewsky, que era la música clásica en muchos hogares de clase media....
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