MIRANDO AL NIÑO DE LA RURALIDAD Y SU CRIANZA

Autoría: Lic. Claudia P. Taritolay
Mirando al niño de la ruralidad y su crianza
De niños y adultos…
Primer día de clases en el jardín de infantes de una escuela rural. Como corresponde llego una hora antes que los niños para organizar la sala y los recursos y crear un ambiente acogedor. Veo que todo esté en su lugar: la alfombra en la que se sentarán los niños, la lámina que esté pegada en elfriso y alude a niños que están yendo a la escuela, el títere que será el que se encargará de darles la bienvenida y hasta las golosinas para la hora de la despedida. Está todo organizado para la hora reloj que estaremos juntos porque la jornada se irá graduando paulatinamente durante tres semanas. Ya acercándose la aguja a las 9:00 de la mañana, van llegando los niños acompañados por sus mamáso papás. Vienen con sus delantales nuevos, o no tanto heredados de sus hermanos mayores, bien peinadas las nenas con el cabello recogido y los varones con el cabello recién cortado y mojado, peinado hacia atrás. Hay temor en algunas caritas, en otras curiosidad y en alguna, picardía. La actitud es variada: No sueltan las manos a sus padres, se adelantan a ellos y curiosean la sala, se escondenatrás de sus mamás....De a poco van ingresando a la sala, algunos muy serios saludan: Buen día señorita! Les pido que se sienten en la alfombra y a los padres que permanezcan afuera para hacer una actividad. Cuando algunos niños ven que sus padres se quedan en la puerta, intentan un mohín de llanto pero se recomponen al verlos sonreír y saludarlos desde la puerta. Cuando estamos listos paracomenzar la presentación con el títere, me percato de que hay alguien en la puerta y que no es un adulto. Miro nuevamente y veo a un niño con delantal de jardín apoyando su carita en el marco de la puerta. Está serio. Me acerco y le pregunto cómo se llama. Me mira fijo y me dice: -Pedro Mamani! Tu mamá?, le pregunto. No me contesta. -Tus hermanos? No me contesta. -Viniste solo? Si! Me responde. Buscoalrededor con la mirada para encontrar a alguien adulto que lo acompañe. No encuentro a nadie. La mamá de otro nene me dice: Vino solito, caminando y se paró en la puerta....Querés entrar? Le pregunto, tomo su mano y lo llevo a la alfombra. Me asombra su actitud: parece un adulto.
La escena está clara en mi memoria, porque me impactó, no solo por la actitud del niño, sino además porque significóun quiebre en mi manera de ver a los niños y a los padres. Los supuestos construidos en mi formación y en mi trayectoria retumbaban en mi cabeza: Los niños no pueden llegar solos, los padres deben estar presentes siempre, sobre todo en un día tan importante como lo es el primer día de clases. Nacen así interrogantes: ¿cómo puede ser que un niño llegue solo al jardín de infantes el primer día declases? ¿Dónde están sus padres? ¿No les importa la escuela? ¿No les importa su hijo? ¿Cómo crían a sus hijos?. Y obviamente surge irremediablemente la tentación de decir a la familia cómo debe actuar, porque se espera que “cuando el hogar, la escuela y el ambiente social concurren a un mismo fin, los resultados que suceden son rápidos y positivos” (Senet, 1918).
El quiebre percibido permitiódevelar que las condiciones de subjetivación de la infancia en la ruralidad se configuran de manera diversa. Por un lado los padres desean para sus hijos un futuro diferente al de ellos, intentando alejarlos lo antes posible del contexto rural y las actividades que conlleva, se visualiza la necesidad adulta de “rescatarlo” del contexto dando lugar a posicionamientos de dependencia acentuada. Porotro lado, hay adultos que construyen la crianza de sus hijos en función a los parámetros con los que fueron educados, concibiendo al niño como colaborador en las tareas del adulto desde edades tempranas lo que lo constituye como un conocedor “experto” de su contexto potenciando la reinvención y la creación como tendencias propias de la infancia. Los primeros intentan seguir el mandato moderno...