MIRANDO EL CIELO

MIRANDO EL CIELO

Hacía mucho tiempo que la lluvia no regaba la tierra. El calor era tan
fuerte y estaba todo tan seco que las flores se marchitaban, la hierba se
veía seca y amarillenta y hasta losárboles más grandes y fuertes se
estaban muriendo. El agua de los arroyos y los ríos se había secado, los
pezos estaban yermos y las fuentes cesaron de manar. Las vacas, los
perros, los caballos, lospájaros y la gente se morían de sed. Todo el
mundo estaba preocupado y deprimido.

Había una niña cuya madre cayó gravemente
enferma.

¡Oh! Estoy segura
de que mi madre se
pondría buena de
nuevo sipudiera
llevarle un poco de
agua. Tengo que
encontrarla.

Así que cogió un pequeño cucharón y salió en busca de
agua. Andando, andando, encontró un manantial diminuto
en la lejana ladera de lamontaña. Estaba casi seco. Los
gotas de agua caían muy lentamente debajo de la roca.
Las gotas caían muy lentamente de debajo de la roca. La
niña sotuvo el cucharón con cuidado para recoger algunas
gotitas.Al cabo de mucho tiempo acabó por llenarse. Entonces la niña
emprendió el regreso asiendo el cazo con muchísimo cuidado
de no derramarse ni una gota.

Por el camino se cruzó con un perrito que aduras penas podía
arrastrarse. El animal jadeaba y sacaba la lengua fuera tan seca
como la tenía.
Oh, pobre
perrito qu
e
sediento
estás.

La niña pensó que no podía irse sin darle un poquito de agua alperrito. Así que derramó un poco de agua en la palma de su
mano y se la ofreció a el perrito. El animal se piso a brincar
para darle las gracias.

Ella no se dio cuenta pero el cucharón de latónahora era
de plata y estaba lleno de agua como antes.

La niña se acordó de su madre y siguió su camino tan rápido
como pudo. Cuando llegó a casa se dirigió rápidamente a la
habitación. Al entrar viocomo su madre miraba con tristeza la
maceta de campanillas que se inclinaba lacia y sin fuerzas.
Hija, échale agua. Me ha
regalado su mejor olor y
llenó de colores mi vista.

La niña acercó el cazo y...