Mirar mas alla

Mirar más allá



Hace casi una década que leí esta historia por primera vez pero, aunque tenga el perfil de fábula, su mensaje no pasa de moda.



Un hombre estabaconversando con un coleccionista de libros. El coleccionista buscaba y saboreaba los volúmenes raros; le encantaban sus páginas mohosas y quebradizas, sus bordes hechos jirones,las letras de las cubiertas grabadas, casi lisas por el toque de incontables manos.



-- Una vez me encontré una Biblia vieja en el ático de mi abuelo -le dijo el hombre alcoleccionista solo por darle conversación- La imprimió uno de nombre Gutenberg.

-- ¡¡¿Gutenberg?!! -dijo el coleccionista- ¿Dónde está la Biblia ahora?

-- Ay, la boté. Erarealmente vieja y no muy útil.

-- ¿Usted se da cuenta de lo que ha hecho? Esa fue una de las primeras Biblias que se imprimió. Una copia se vende en dos millones.

-- Ah,no la mía -dijo el hombre- La mía no hubiera dado más que un dólar o dos. Yo ni siquiera podía leer el dichoso libro. Un idiota llamado Martín Lutero lo llenó de garabatos.La historia es un poco fantasiosa pero encierra una amarga verdad: a veces tratamos cosas preciosas como algo sin valor. Vemos los tesoros como un reguero de cosas porqueignoramos su verdadero valor. Eso lo hacemos desde las palabras con verdadero significado y no le damos su valor al no utilizarlas con frecuencia, hasta con personas que tenemos anuestro alrededor y, mirando algún defecto o error (probablemente menor que los nuestros), decidimos desecharlas.



Miremos más allá de lo que nuestros ojos pueden divisar.Proverbios 4:25,26

Tus ojos miren lo recto, y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos.