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Angel Alayón *
Gabriela de Vásquez se resistía a creer lo que la voz en el teléfono le decía con tanta claridad: su esposo le era infiel desde hacía cinco meses conJulia, una atractiva compañera de trabajo. Eso explicaba los viajes y el trabajo hasta bien entrada la noche. Martín, según la voz, llevaba una doble vida. Gabriela no quería creer, pero se anidó en supensamiento una pequeña duda que fue creciendo hasta lograr que la convivencia cotidiana con Martín fuera áspera, incómoda. Ella, al tiempo, decidió confrontarlo. Él lo negó todo. Ella dijo que sabíaque negaría todo. Y la confianza se fue erosionando. Era cuestión de tiempo para que conflictos mayores hicieran su aparición. Dos años después de la llamada, la pareja introducía los papeles para eldivorcio. Gabriela nunca estuvo segura de la infidelidad de Martín. Martín nunca entendió lo que sucedió pues, en verdad, nunca le fue infiel a su esposa.
Recibe nuestras noticias diarias sobreperiodismo y comunicación. ¡Únete a SdP en Facebook!La redes sociales (Twitter, Facebook) son medios fértiles para la divulgación de rumores. Allí hemos sido testigo de muertos que resucitan en horas,bancos que quiebran pero que en realidad están solventes, secuestrados que se enteran de su presunta situación cuando están tomando un tranquilo baño de playa con la familia y la lista podría continuar contemas de mayor sensibilidad política. Son rumores. Falsos. Pueden ser poderosos. Pueden destruir matrimonios, acabar con la carrera de un político o de un artista, quebrar instituciones financieras yocasionar conmoción social. Y algo tan poderoso vale la pena tratar de entenderlo.
Cass Sunstein se ha especializado en estudiar el fenómeno de los rumores, esas especulaciones que se transmiten conrapidez y que son creídas por ciertas personas a pesar de que su contenido es falso y no existe evidencia concreta y directa que permita comprobar la veracidad de la información. En el libro...
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