mis cosas
La ficción se come a los personajes, masticándolos despacio, y después escupe restos de ojos,cejas, bocas, y algún zapato viejo. La línea que separa ficción y realidad se desdibuja; cuerpos que salen de los libros, tipos de letras que luchan para ser ellas las que cuenten lahistoria. Lo fantástico escurriéndose entre paredes cotidianas.
La necesidad de reinventarse cada día, de ese exilio del que nos habla Juan Cruz; verse al otro lado delespejo. Un espejo opaco, con manchas negras en los bordes. Un espejo en el que cuesta tanto reconocerse…
A Juan Cruz el mundo ‒infinito, inabarcable‒ le cabe en una mano; mano quecierra, apretando fuerte, muy fuerte, hasta ver trocitos de cabezas, de ropa, saliendo entre sus dedos. Si Dios no ha sido piadoso, piensa el escritor mientras sigue estrujando sumano, ¿por qué lo voy a ser yo?
El autor nos dice, «la carretera lo es todo. El paisaje también», mientras sus personajes se sienten presos en lo finito, repeliendo locotidiano. En «Literadura» un hombre dentro de un laberinto nos pregunta: «¿Cómo se puede habitar un camino?», y él mismo se contesta afirmando: «Se trata de hacer de la búsqueda un hogardefinitivo». En «Negros» unos escritores intentan «robarle tiempo al camino».
Reencuentros, libros, teorías, juegos, sueños… La felicidad cogida con pinzas en el sabor erróneo deun café, y ese intentar escribir algo que atestigüe que la vida mereció la pena. «Toda creación», piensa el escritor, «lleva dentro el testimonio de lo marchito, de la muerte».
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