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HISTORIA DE LA EDUCACIÓN MUNDIAL Y EN
COLOMBIA.
LA EDUCACIÓN EN ROMA
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LA EDUCACIÓN EN ROMA
LA EDUCACIÓN EN ROMA
Los niveles: la enseñanza elemental, la enseñanza media, la enseñanza superior
Las escuelas romanas, en sus aspectos generales, no son muy diferentes de las similares instituciones helenísticas, de las
que son continuidad y adaptación, a un puntotal que la enseñanza es bilingüe: se estudian el latín y el griego, al menos
hasta el Bajo Imperio, época en que el griego queda postergado, hasta perderse. No obstante, y en parte por la practicidad
característica del romano, y también por la progresiva decadencia del espíritu, de los valores y de la cultura en general, se
acentúa el recurso a los libros aparecen los manuales y las introducciones en detrimento del pensamiento y el
juicio propios: la cultura se vuelve libresca.
La organización escolar contempla tres niveles de enseñanza, a los que corresponden tres tipos de escuelas: la escuela
elemental, la media y la superior.
La Escuela Elemental
Es llamada ludus litterarius (juego literario), entendiendo la referencia al "juego" como a una actividad alejada de toda con notación práctica. Para los antiguos el saber como actividad y como resultado es desinteresado, vale y debe buscárselo
por sí mismo (aunque luego sus aplicaciones en la vida cotidiana proporcionen alguna utilidad): humaniza al hombre,
plenificando sus capacidades específicas. El maestro, litterator (el que enseña las letras), o bien primus magister (primer maestro) o magister ludi (maestro de escue
la), era un personaje bastante despreciado, porque se dedicaba a los más pequeños en el aprendizaje más elemental, y
porque vivía de su salario, teniendo en cuenta que era muy mal remunerado. Según cuenta Marrou , "era preciso reunir un
conjunto de 30 alumnos para asegurarse una retribución equivalente a la de un artesano calificado, por ejemplo un albañil o un carpintero", y no era fácil encontrar tantos alumnos, de allí que no pocas veces el maestro debiera buscar alguna otra
ocupación para redondear una suma que le permitiera vivir. Sin embargo, con el andar del tiempo, en los últimos años del
Imperio la concurrencia a las escuelas se hizo tan numerosa que hubo que hacer divisiones dentro de las clases, atendién dose en ellas a la capacidad de los alumnos, su ritmo de trabajo, sus progresos, los temperamentos y su atención y aplica
ción. Los maestros debieron ayudarse entonces para el trabajo, tomando un asistente o bien encargando tareas de repeti
ción a los alumnos adelantados.
El edificio de la escuela era alquilado y consistía en un local abierto preferentemente ubicado en los pórticos del foro, y aislado del bullicio por una espesa cortina. Por todo moblaje tenía un asiento con respaldo (cathedra, cátedra) situado en
una tarima, para el maestro, y en el caso de los alumnos sus asientos eran sin respaldo y escribían sobre sus rodillas.
A esta escuela llegaban los niños desde sus siete años, para dejarla alrededor de los once o doce, en pos de la enseñan
za del grammaticus o profesor de enseñanza media. También las niñas concurrían al establecimiento, si bien a veces se les ponían preceptores privados, con mayor frecuencia que a los niños. Llegaban al alba, desde octubre hasta julio (el año
escolar tenía una duración de unos ocho meses), acompañados de su pedagogo (paedagogus) o esclavo acompañante,
necesario por los peligros de la calle. Por otra parte, este esclavo podía ayudar al niño con sus lecciones y, bien elegido, asumía la responsabilidad de la formación moral de su amito.
La jornada era de doble escolaridad, si bien el niño volvía a su casa para un almuerzo liviano. A la tarde concurría a las
termas para un baño, y no había otra actividad física.
Fundamentalmente, el programa consideraba la lectura y la escritura, para esto utilizaban el método de la memorización. ...
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