...Mis mayores...
1 Introducción.
2 Los profesionales.
3 Las personas mayores y su dignidad.
4 La ética del cuidado.
5 La necesidad de reflexionar.
.
5.1 Desde el principio de No maleficiencia.
5.2 Desde el principio de Autonomía.
5.3 Desde el principio de Justicia.
5.4 Desde el principio de Beneficiencia.
Conclusión.
1. Introducción.
El envejecimiento progresivo de lapoblación española ya no es noticia. Las previsiones para el año 2016 hablan de una sociedad con cerca de 9 millones de personas mayores de 65 años (un 18,5% de la población total) con un incremento notable del grupo que tendrá 80 o más años (6,1% de la población).
Se considera que un 15-20% de la población mayor de 65 años son ancianos frágiles que precisan una atención específica para losmúltiples problemas que presentan, y que para ese año 2016 existirán en España 2.300.000 personas mayores con algún grado de discapacidad para realizar las actividades de la vida
diaria.
Resulta fácil deducir que la asistencia de las personas mayores de una forma digna y eficiente es unos de los más importantes retos que tiene que afrontar nuestra sociedad, tomando conciencia de la situación yhaciendo un notable esfuerzo en la distribución de recursos destinados a este fin.
Para los profesionales que trabajan con personas mayores, no solo debe suponer un reto, sino una oportunidad para reflexionar sobre cómo se realiza ésta asistencia, qué se puede mejorar y qué fines deben orientarla.
2. Los profesionales.
La persona mayor se ha convertido en el usuario básico de los serviciossociosanitarios y su presencia en los mismos tendrá cada vez más peso, por lo que una amplia mayoría de los profesionales que trabajan en este ámbito tendrán que asumir que la mayor parte de su tiempo de trabajo estará dedicado a atender personas mayores.
Y decimos asumir porque, según refieren los propios profesionales, al trabajo con personas mayores se llega en muchas ocasiones por azar o por laoferta del mercado laboral, y también frecuentemente, con escasa formación específica sobre el proceso de envejecimiento y la atención a los mayores y sin la motivación profesional deseable (IMSERSO, 2004).
Seguramente este hecho tenga que ver con que los profesionales vivan inmersos en una sociedad en la que existe una valoración negativa de las personas mayores que influye en su propiapercepción. Pero además, los profesionales manifiestan que el trabajo con personas mayores es duro, tanto desde el punto de vista físico como psicológico, y tienen la sensación de que está peor considerado
profesional y socialmente que el trabajo con los más jóvenes.
Si añadimos que desde el ámbito profesional se denuncian problemas
relacionados con los bajos salarios y el descontento laboral, lafalta de especificidad en los contenidos de los puestos de trabajo, el intercambio de funciones entre distintos profesionales, etc, parecen servidos todos los ingrediente(cansancio emociona,despersonalización de la actividad profesional y falta de realización personal a través del trabajo) que caracterizan el síndrome de desgaste profesional.
No parece sencillo, con este panorama, afrontar el retoque se nos plantea.
Hablamos de profesiones en contacto habitual con la fragilidad, la dependencia o la muerte. Hablamos de profesiones de ayuda que conllevan exigencias técnicas, pero además un compromiso ético superior al de otras actividades, precisamente por trabajar con la vulnerabilidad del ser humano.
Ayudar desgasta, y se requiere una reflexión social e institucional que impulseactuaciones destinadas a cuidar de sus cuidadores y que permitan cambiar la percepción del trabajo con los mayores: una distribución del trabajo más equitativa,cupos de pacientes ajustados por la edad, mejores salarios, mayor especificidad en
las funciones, etc.
Pero seguramente, aún en el supuesto de que se realicen estas mejoras, no desaparecerá la amenaza del desgaste profesional. Va a ser...
Regístrate para leer el documento completo.