Desde esta óptica la reflexión socrática del "conócete a ti mismo" encuentra una legitimidad caí ismáticamente humana y terrena. La idea de que uno debe conocerse a sí mismoimplica dos cosas al menos. La primera, antes anticipada, es que aquello que se nos incita a conocer no se da de forma originaria y que, por lo tanto, lo que se quiereconocer puede mostrar aquello que somos o hemos sido, pero, sobre todo, aquello que podemos ser, o diciéndolo de otra manera, la afirmación de que se es tal o cual sujeto y de quesu esencia es tal ésta o tal otra, puede enseñar la raíces de lo que se es, pero lo más revelador es que dicha declaración mostrará y marcará el camino (méthodo) de aquelloque dicho sujeto puede o debe encaminarse a ser. La segunda es apuntalar que la misma implicación de conocerse revela que no sé sabe lo que se es, o que la consideración deconocerse lleva en sus entrañas la consideración de que posiblemente "sólo se sabe que no se sabe nada". El sujeto cognoscente que conoce objetos y hechos pero no se conoce así mismo no conoce propiamente, o quien conoce dicho objetos o hechos pero no se conoce de alguna manera a sí mismo, se puede decir de él que conoce deficitariamente. De locontrario, sería algo asi como afirmar que tiene sentido conocer algo -un perro, un elemento químico o el fucsia de los cuadros de el Greco- pero sin un alguien que loconozca, o que existe el conocer como acto o como verbo pero sin sujeto que lo ejecute. No es esta la postulación de • un "yo trascendental kantiano que acompaña todas misrepresentaciones", sino la involucración antropológica en la esencia del preguntar, esto es: la interpelación a entender al hombre como contador de historias, de su propia historia
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