Mis sueños

Un sueño es muchísimo más que eso. Alguna vez dijo Gustave Flaubert: “Ten cuidado con tus sueños: son la sirena de las almas. Ella canta. Nos llama. La seguimos y jamás retornamos.” Estoy de acuerdo.Cuando tienes sueños y decides perseguirlos, no hay nada que te impida alcanzarlos. Bueno, nada excepto tú mismo, pues no podemos negar que constantemente enfrentamos conflictos internos, una luchainterna entre pelear por lo que anhelamos o sentarnos a esperar si Dios se apiada y nos envía el éxito por obra y gracia de su Espíritu. Como dijo el ilustre Pedro Calderón de la Barca: “La mayorvictoria está en vencerse a sí mismo.” Ése es el gran reto que nos toca a cada uno.

Todo ser humano tiene sueños. Algunos sueñan con ser libres. Otros sueñan con ser felices. Muchos otros, con alguienque los haga felices. Lo que no saben estos últimos es que hasta que no sean felices con ellos mismos, no habrá persona alguna que les pueda traer la felicidad. Pero bueno, ya esa es otra historia;volvamos a los sueños.

Yo vivo en un mar de sueños. Me levanto y me acuesto soñando. Sueño con ser exitosa, con ser alguien en la vida. Sueño con tener alguien con quien pueda compartir mi felicidad.También sueño con tener una familia a quien pueda entregar la emocionante herencia de soñar. Pero hay un sueño que me cautiva, me enloquece. Dentro de mí hay una pasión que arde. Un fuego que no seapaga, y es el anhelo de que, más allá de cumplir mis sueños, pueda cumplir Sus sueños, los sueños de Dios. Una vez leí un “tuit” (“tweet” en inglés) que me impactó pues me identifiqué muchísimo con él.No sé si sea por la seguridad de que no habrá nada que me llene más que cumplir Sus sueños, o si es el hecho de que Su plan para mí es perfecto. La realidad es que no sé, y tampoco me importa saber.De lo que sí estoy muy segura es que no puede haber mejor forma de agradecer lo que Él hizo por mí. Sueño con entregar mi vida a quien murió por mí. Sueño con ser Sus manos en la Tierra. Mi mayor...