miseria.


Miseria


Cuaderno de notas de una asistenta social.




Desde mi punto de vista, Aïcha Ech-Channa, en este libro, intenta plasmar detalladamente (sin escatimar en detalles) la cruda realidad que vivía en esos momentos Marruecos. Aïcha, nos muestra la grandísima dificultad que tienen en muchasocasiones los asistentes sociales y, a las duras situaciones con las que se encuentran, situaciones que a veces afectan incluso a la propia vida de asistente, debido a que por involucrarse demasiado se ven envueltos en verdaderos conflictos morales, sociales, etc. He de decir también que este libro tiene un título que se enlaza totalmente con su contenido, ya que verdaderas miserias son las que sereflejan en cada uno de los casos que la escritora plasma (y los muchos que no conocemos). Pienso que Aïcha es una gran pregonera de la sociedad marroquí y gracias a recopilar algunas de sus vivencias ha conseguido remover las conciencias de las personas que han leído este libro. Ojalá, éste, cada vez sea más conocido y sirva para que organizaciones como Terres des Hommes, continúe con la gran misiónde trabajar por y para la infancia más desfavorecida de este País.

Me llama mucho la atención el denigrante papel que ocupa la mujer en la cultura marroquí, antes de tratarlas como personas, se les trata como criadas y no tienen ni voz ni voto sobre su propia vida. Son espeluznantes las situaciones que tienen que  vivir muchas mujeres, como ser violadas, utilizadas, rechazadas o maltratadaspor sus propios padres, desde que son muy pequeñas. 

 
En muchos de los casos, podemos ver como los padres son los que venden o incluso regalan a sus hijas e hijos (la mayoría de las veces, hijas), porque no las quieren. Padres que no merecen llamarse como tal, porque son conscientes del daño que les están haciendo al obligarlas a vivir ciertas situaciones. Pongámonos en el lugar de Mounia,una pequeña que con siete años de edad tiene el cuerpo visiblemente marcado por golpes. Sus manos, son el vivo reflejo de la dureza del trabajo que realizan como criadas, y sus ojos, confiesan el nulo cariño recibido. Este sentimiento se puede reconocer en las palabras de la pequeña: “Yo, no tengo a nadie, yo no soy hija de nadie”. La única palabra con la que puedo definir lo que me ha transmitidoesta historia es; indignación. Lo peor de todo, es que se averigua quién le origina esas marcas y heridas en su cuerpo, (como en la mayoría de los casos). La madre adoptiva, que es quien se los propicia, no tiene ningún castigo, ni se le recrimina nada; se corre un tupido velo. Esa “madre” adoptiva olvidará todo lo sucedido, pero la pequeña Mounia, por mucho que intente olvidarlo y empezar unanueva vida, llevará esas marcas en su corazón durante toda la vida. Además, desde pequeña ha vivido y padecido la violencia, con lo cual, el riesgo de que reproduzca la misma conducta en su edad adulta es altísimo.
 
 
Hablo de Mounia, como podría hablar de los 24 casos que aparecen en este libro, o de los muchísimos casos más que no conocemos. Personalmente, al leer todos los casos que noscuenta Aïcha, me estremezco al ser consciente de que muchos de los niños que aparecen aquí (y los que no aparecen pero existen), tras vivir esas situaciones han quedado tan rotos que, por mucho que ellos lo  intenten o se les prestase ayuda, no podrán reconstruir sus vidas y, los muy pocos que lo consiguen, igualmente quedarán  marcados de por vida.
 

Otro caso que me ha llamado muchísimo laatención es el de Karima. Una adolescente que al parecer tuvo un bebé, (sin desvelar la identidad del padre), únicamente por lastimar a su madre (aunque a pesar de esto, ella quería mucho a su bebe y no quería abandonarlo), ya que ésta por su bienestar la dejó en un orfanato de pequeña (de todos modos; no perdieron el contacto, se veían). No sé muy bien si por la frustración que sentía desde...