Misión Escatológica Adventista



Misión
Escatológica
Adventista


“Si nuestros predicadores se dieran cuenta de cuán pronto los habitantes del mundo serán emplazados ante el tribunal de Dios, trabajarían más fervorosamente para conducir a hombres y mujeres a Cristo” (Obreros evangélicos, pág. 34).








En repetidas ocasiones he escuchado la gran pregunta que muchos se han formulado en cuanto al tiempo de lasegunda venida de nuestro Señor Jesucristo. Yo mismo, en algún tiempo me la hice. Pero he encontrado en las Sagradas Escrituras una respuesta contundente a las interrogantes: ¿Cuándo vendrá Jesús? ¿Por qué ha tardado tanto? Si él mismo prometió volver pronto, ¿por qué ya han pasado más de dos mil años y aún no ha venido? ¿Qué significa “pronto” para el Señor?
El apóstol Pedro, por inspiracióndel Espíritu Santo ya nos había escrito una respuesta convincente, diciendo:
“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).
El Señor desea regresar lo más pronto por su pueblo. Su deseo es llevarnos con él. Los lugares celestiales o moradasde los cielos ya están preparados. Pero solo una cosa falta para que el Señor venga: la preparación nuestra para su encuentro.
El apóstol Pedro señala el contraste entre los hombres y Dios. Presenta la impaciencia de los hombres y la paciencia de Dios. Pero al mismo tiempo señala el deseo divino de que ninguno perezca, antes bien que todos se arrepientan de sus pecados. Sin embargo, por lo que laBiblia y la historia nos han demostrado, evidentemente no todos se arrepentirán. Aunque Dios desea el arrepentimiento de todos los hombres, ninguno quiere arrepentirse naturalmente. Es por eso que el Señor ha indicado la necesidad de enviar mensajeros con el mensaje del arrepentimiento de pecados a fin de lograr su gran propósito para con nosotros los seres humanos.
“La Escritura dice: «Todoaquel que en él cree, no será defraudado», porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que lo invocan; ya que todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10: 11-13). Pero el mismo escritor pregunta: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómooirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Como está escrito: «¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!»” (Romanos 10: 14-15).
El gran propósito del Señor es que al momento de su Segunda Venida no seamos avergonzados. En esa ocasión, tristemente habrá muchas personas que no quisieron arrepentirse de sus pecados yexperimentarán un episodio terrible y espantoso. Allí será el lloro y el crujir de dientes para los impíos. EL profeta Daniel escribió: “Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados: unos para vida eterna, otros para vergüenza y confusión perpetua” (Daniel 12: 2).
Caifás era el Sumo sacerdote en tiempos de la crucifixión de Jesús. Aunque era un eminente religioso entre losjudíos, Caifás se rehusó creer en Jesús y aceptarlo como el Hijo de Dios.
Jesús guardaba silencio ante las preguntas que le hacía, hasta que “el Sumo sacerdote le dijo:
-Te conjuro por el Dios viviente que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.
Jesús le dijo:
-Tú lo has dicho. Y además os digo que desde ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder de Dios y viniendo enlas nubes del cielo.
Entonces el Sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo:
-¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos de testigos? Ahora mismo habéis oído su blasfemia” (Mateo 26: 63-65).
Juan, el vidente de Patmos, fue trasladado hasta el propio día de la segunda venida de Jesús. En visión, él miró a las personas que serán avergonzadas ese día. Por eso escribió: “He aquí que viene con...