mitas
En este orden de ideas podemos testificar que Boletín y elegía de las mitas, del poeta César Dávila Andrade (Cuenca, 1919) es ante todo una recreación poética instalada y manada del imaginario literario e histórico del aeda ecuatoriano, quien pretende rememorar, a través del texto, sus percepciones del proceso de conquista y de colonia en la América hispánica.
¿Qué se memoriza en elBoletín?
Boletín y elegía de las mitas es un sumario de la invasión española y del proceso de colonización en América latina. Un sumario poéticamente construido, recreado —pese a narrar una lógica cronológica, insta a un nuevo imaginario (por lo menos desde lo literario)—, en donde el proceso doloroso de la colonia se ve "reinventado" en la escritura de Dávila Andrade, con el objetivo único depermitir o darle paso a la dignidad, a la cultura, a la equidad y a los derechos del "otro":
II
A mí, tam. A José Vacancela tam. A Lucas Chaca tam. A Roque Caxicóndor tam. En plaza de pomasqui y en rueda de otros naturales nos trasquilaron hasta el frío la cabeza. Oh, Pachacámac, Señor del Universo, nunca sentimos más helada tu sonrisa, y al páramo subimos desnudos de cabeza, a coronarnos,llorando, con tu sol.
El poeta sufre una especie de transubstanciación y es a partir de esa metempsicosis que se instala en la voz de "los otros" y habla desde ellos y con ellos; una forma de recuperar al sujeto "indígena", repensar la historia desde la perspectiva de los subalternos —y no desde la historia oficial—, recuperar la iniciativa histórica revolucionaria —César Dávila fue miembro delpartido socialista ecuatoriano—, instar a una política de cambio y conciencia y establecer una nueva representación del nativo: el indígena reflexivo, resucitado, coherente, en contraste con las identidades fundadas y "memorizadas" a partir del colonialismo y la hegemonía occidental.
En esa radiografía que es el poema, César Dávila Andrade reencarna voz de los "marginados" y "subalternos" —hayanexistido o no—, lo que nos recuerda a Neruda en ese bello poemario Alturas de Macchu Picchu. El poeta ofrece sus recursos, su voz, su pluma y su intelecto para que aquellos que han permanecido "mudos" eleven su protesta contra la tragedia que vivió y vive la población indígena del continente:
IV
Y vuestro Teniente y Justicia Mayor / José de Uribe: "Te ordeno". Y yo, Con los otros indios,llevábamosle a todo pedir, / de casa en casa, para sus paseos, en hamaca. / mientras mujeres nuestras, con hijas mitayas, a barrer, a carmenar, a texer, a escardar; / a hilar, a lamer
platos de barro —nuestra hechura—. Y a yacer con viracochas, nuestras flores de dos muslos, para traer al mestizo y verdugo venidero.
La voz que narra, sin embargo, no es la voz del poeta, no es tampoco la "Memoria"poética ni histórica de César Dávila Andrade, es la voz de un colectivo primitivo o presente (desde qué lugar se recuerda?), la voz —quizás cósmica— de un grupo de individuos "muertos" que nos hablan precisamente desde esa orilla, desde ese locus tal vez metafísico del poeta (Dávila Andrade trasegó por el rosacrucismo y la masonería). Sin embargo, lo "memorizado" no se aparta de un referente histórico,simplemente es asumido desde un punto de vista literario o desde la construcción subjetiva-colectiva de Dávila Andrade.
¿Quién memoriza?
César Dávila Andrade es un hombre letrado, uno de los mejores poetas que ha dado la poesía (para mi visión muy personal y un tanto arbitraria, el mejor poeta que ha dado —hasta ahora— el Ecuador). Como todo poeta, pasa por varios procesos internos y...
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