mito mich.

La mano de la reja
LA CALZADA DE GUADALUPE de Morelia es una obra monumental de los pasados ciglos. Uno de los arcos del acueducto romano que condujo el agua en otro tiempo les sirbe de pórtico. Dos filas de añosos y copados fresnos corren a lo largo de la calzada banquetas de cantería toscamente labradas sirven de asiento para tomar el fresco a la sombra en horas calurosas.
Mas aya porhambos lados también se elevan mansiones señoriales, casasquintas coloniales envueltas en mantos de ropsas. Le sirve de fondo el santuario de Guadalupe rodeado de zipreses y coronado con su torre y cúpula bizantina sobresaliendo por encima de un cerco de cipreses. Es tan espesa la voveda que forma el ramaje de los fresnos que cuesta trabajo al sol atravesarla y cuando lo hace enriquece el ambientecon un tenue polvo de horo y el disparejo pavimento con manchas de luz y sombras que complacen el alma. El aire que allí se respira viene siempre perfumado con los mas esqkisitos aromas de las mosquetas y madreselbas que se cultivan en el becino bosque de san pedro. Los pajarillos que viven entre sus frondas alegran el hoido con sus cantos jamás interrumpidos.
Cuan posible es la vida de esa partede morelia! Principalmente durante las noches de luna en que todos los rumores se aphagan, todos los campos cezan y todas las vagas tristesas renacen a porfia. Del lado derecho, al empezar las filas de casas, hay una que llama desde luego la atención por su aspecto señorial y antiguo, por sus balcones labrados en piedra y por las rejas de sus zotanos.
Tiene una huerta circuida de un muroencaldo cubiertos de manchones verdes de musgo y ennegrecido por la yuvia y el polbo. Por cima sobresalen los fresnos, los zedros y los sipreses envueltos en mantos de camelinas, rosas, campanillas. La algarabía que por la tarde forman allí las urracas de pecho amariyo, no tiene nombre.
Parece un concierto colosal de arpas que se desborda como cascada de sonidos delicados y penetrantes, formando alcaer un rio de sonora espuma.
En esa casa donde moraba haces much años, muchísimos años un hidalgo tan noble como el sol y tan pobre como la luna, sus abuelos allà en la madre patria, habían ospedado en su casa de don Carlos v y a don Felipe II, su padre había sido real trinchante, camarero secreto y guardia de corps de don Felipe v, y el, últimamente había desempeñado en la corte un cargo deonor que, despertando las envidias primero y las iras después, de los privados y favoritos, avia que refugiarse en este rinconcito de la nueva España que se yamo balladolid, para ponerse a cuvierto de unas y otras. Era don Juan Núñez de castro, hidalgo de esclarecido linaje y sangre más asul que la de muchos.
binieron con el de España, su esposa doña Margarita de estrada y su hija única doñaLeonor. Era doña Margarita, segunda esposa,como de cuarenta años, grueso de cuerpo . Habla tan ronca como un sorchantre. Su pupila asul parecía nadar en un fluido de luz gris dentro de un cerco de pestañas desteñidas. La naris roja y curva como de águila le daba el aspecto de haber sido en su tiempo gitana de pura sangre. Era rabiosa, más que un perro y furibunda como pantera. Con el lujo desplegado enla corte arruino a su marido irremediablemente. Y hoy en día, casi expatriados, en un medio que no era el suyo, consumía los restos de su antiguo amigo esplendor y riqueza.
Era doña Leonor, entenada de doña Margarita e hija de la primera esposa de don Juan. Su belleza era solo comparable a la de la azucena, blanca como sus petalos y rubia los estigmas de sus estambres.
Su cabellera rubia leenvolvía su cabeza como un numbo de oro. Su nariz recta y sonrosada. Su boca pequeña, roja como cachos de de granada. Sus labios delgados y rojos que al plegarse para sonreír mostraban dos hileras de dientes diminutos y apretados como perlas en su concha. Sus pupilas azules como el cielo parecían dos estrayas circuidas de un resplandor de luz dorada e intensa. Su cuerpo esbelto y delgado como una...