Mitos leyendas
El sociohistórico Eberhard Weis investigó exhaustivamentela estructura social de la orden y descubrió que cosa de un tercio de sus miembros eran nobles, por lo menos un doce por ciento, clérigos. Casi el setenta por ciento de los iluminados habían recibidoformación académica, el número de trabajadores manuales rondaba un veinticinco por ciento, un número muy superior al de los comerciantes, que con un diez por ciento estaban claramenteinfrarrepresentados. Casi la mayoría de los iluminados, casi las tres cuartas, se componía de funcionarios y demás trabajadores públicos, que de cara a la meta de la organización de derribar el estado absolutista,no puede sorprender. El mismo Weishaupt presumía en 1787 con orgullo, que la orden había conseguido incorporar a más de un décimo del funcioariado bávaro. Especialmente significativo era este éxito deinfiltración en los colegios censores bávaros, que hasta la intervención del principe elector en 1784, se componía casi exclusivamente de iluminados. Y acorde fueron las intervenciones de laautoridad: se prohibieron escritos de exjesuítas y otros antiilustrados o escritos clericales, incluso hasta libros de rezos, y en cambio se fomentó la literatura ilustrada.
Este éxito temporal no puedeengañar de que la orden estaba compuesta en su mayor parte de académicos secundones, que acuían a ella, porque se esperaban posibilidades, una oportunidad, correlacionada con el concepto de infiltración deWeishaupt. Estas metas les resultaban desconocidas a los novatos. La meta real, a saber, la de formar a las elites políticas e intelectuales de la sociedad, la consiguieron poco. De las espe
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