MITOS


LA COBIJITA ENBRUJADA
El siguiente relato nos fue contado en la comunidad de el micoate, municipio de villa de álvarez, por josé alfredo bejarano, de 12 años de edad.
Un día, nos contó un amigo al que le dicen siruláis y al que le gusta mucho ir al cerro a tirarle a los venados, que una noche, cuando fue de cacería, tomó su carabina, su alcoholito para irse dan al llegar a la punta de laloma se acostó debajo de una parota, desde ahí iba a espiar, como hacía frío, se enguruñá con la cobija y le dio un llegue al alcoholito. ya le estaba llegando el sueño cuando a la lejanía escuchó unos balazos, el siruláis pensó:
-¡ahh! alguien ha de haber matado un venado! y yo con el hambre que tengo! ¡voy a acercarme a ver si en una de esas me dan un taco!
Así que aventó la cobija para un lado yagarrando su carabina se fue pa’ onde había escuchado los disparos…pero por más que caminó y se fijó, no encontró a nadie, por lo que después de un rato, se regresó a la parota donde tenía su cobija y su alcoholíto, y tapándose bien y dándole unos sorbitos a su aguafuerte. se aprestó a dormir. apenas estaba cerrando los ojos cuando sintió que le jalaban el poncho hacia abajo. siruláis, noqueriendo interrumpir su sueño, se lo volvió a acomodar, pero no había pasado medio minuto de eso, cuando de nuevo que le dan el arrejolán de cobija…así que muy enojado dijo:
-jummm! me están jalando el poncho! cómo friegan!
Se volvió a acomodar la cobija, la agarró con sus dos manos y cerró los ojos, cuando apenitas se comenzaba a dormir ¡que vuelve a sentir que le jalaban la sábana!, y esta vez conmayor fuerza, tanto que hasta las patas le quedaron destapadas, así varias veces ¡el sirulais se la acomodaba y, extrañamente, de nuevo se la volvían a jalar! entonces, mirando que nadie era el que se la jalaba, ya medio asustado y molesto se levantó y, dándole otro pegue al alcohol para darse valor, dijo:
-juuummm! ¡ah,joder! ¡me le voy a sentar arriba a ver si así también me la jalan!
Siruláistomó la cobija y la hizo bola con furia y se sentó sobre ella con los brazos cruzados, no habían pasado ni cinco minutos cuando zas! ¡que se la vuelven a jalar, tumbándolo de la cobija hecha bota! siruláis vuelve a decir bien enchilado:
-¡ahhh! ¡van a ver, ahorita! ¡mendigos espíritus chocarreros!
y agarró la cobijilla y volviéndola a hacer bola la amarró con un ixtle que traía en su morral, ledio de nuevo un llegue a su “changuito salta pa’ atrás” y agarrando su retrocarga cortó cartucho, y se volvió a sentar arriba del ponchillo, pero apenas se sentó, de nuevo y ahora con mayor fuerza ¡le jalaron la cobija! ¡parrandán! un trancazo se dio el pobre sirulais, que muy enojado se paró y agarrando su retrocarga y aventando a gritos la viga, ¡pam! ¡parn! ¡pam! le soltó unos balazos alponchillo, que nomás retumbaban y pegaban de refilón en la parota. después de darle los balazos el siruiais agarró su moralillo y su alcoholito y se fue corriendo, aún asustado, a otro espiadero…
al otro día, cuando ya venía rumbo al pueblo, pasó por donde estaba la parora, al llegar miró la cobija que ahí estaba colgada en una rama del árbol; entonces, recordando lo que había pasado la noche anterior,el siruláis apretó el paso y mirando la cobija, dijo:
-¡jummmmm! ¡a ti. no te llevo! ¡eres el meritito diablo!
y casi corriendo se fue para el pueblo.
cuentan los señores que van al venado por esos rumbos que la cobijilla todavía sigue por ahí colgada, pero como el siruláis les contó a todos lo que le pasó ¡nadie se atreve a descolgarla y llevársela a su casa!
do unos pegues y una cobija.El columpio
Todos los veranos, yo, mi marido y los niños nos desplazamos a la casa de campo que tenemos a las afueras de la ciudad.Es un lugar perfecto para que los niños jueguen, descansar del alborotador ruido de la urbanización… etc. junto a la casa hay un gran bosque.El bosque es muy agradable durante el día, pero por la noche se convierte en un lugar sacado de cuentos de terror.
Un...