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MAESE PÉREZ
Toda Sevilla, hasta el arzobispo, va al convento de Santa Inés para oír, tocar a Maese Pérez en la Misa Del Gallo. Todos vienen cantando villancicos, tocando las zambombas y laspanderetas… pero callan como muertos en cuanto Maese Pérez pone las manos sobre el órgano.
Ese año, Maese Pérez el organista se puso muy enfermo y no podía tocar. Cuando la noticia llega la gente, se formaun gran revuelo. Un organista, conocido en el barrio como un ser mezquino y envidioso, quería a hacerse con el órgano, y substituir a Maese Pérez porque esta enfermo, cuando de pronto Maese Pérez,pálido y desencajado, entraba en la iglesia encima de un sillón que todos querían llevar.
El alboroto se calmó, y el comienza como siempre, con Maese Pérez en el órgano, que esta vez lo tocaba con gransentimiento, más aún que habitualmente… hasta que en mitad de que cien tubos de metal resonaban en un acorde, Maese Pérez ha murió, y ha murió como él quiso, sentado en el banco del órgano..
Pasó unaño. Era Nochebuena, justo antes de la Misa del Gallo. Vino el bisojo organista de San Román a hacerse cargo del órgano, aunque no era nada querido en el barrio. Los inevitables niños que cantabanvillancicos y tocaban los instrumentos navideños alteraban como todos los años la tranquilidad del barrio… pero esta vez no iban a callarse cuando el zafio y organista iban a tocar sus himnos. Cuando elsacerdote iba a proceder a la consagración y el órgano iba a entonar sus cantares más majestuosos, los panderos, gaitas, zampoñas y demás instrumentos del populacho destrozan el acorde… pero sólo duróunos segundos: un nuevo acorde, valiente, poderoso, perfecto, fue seguido de más y más acordes perfectos, como si los ángeles mismos hubieran bajado a tocar el órgano.
El organista al acabar la Misabajó a recibir todas las felicitaciones de todos, incluido del arzobispo, que le rogó que al año siguiente toque en la Catedral, cosa que Maese Pérez nunca quiso hacer. El ambicioso músico...