Mm2701

Páginas: 10 (2448 palabras) Publicado: 9 de febrero de 2014
Habitación blanca del interior de la casa de Bernarda. Las puertas de la izquierda dan a los dormitorios. Las hijas de Bernarda están sentadas en sillas bajas, cosiendo. Magdalena borda. Con ellas está la Poncia.

Angustias: Ya he cortado la tercer sábana.

Magdalena: Esa le corresponde a Amelia. Angustias, ¿pongo también las iniciales de Pepe?

Angustias: (Seca.) No.

Magdalena: (Avoces.) Adela, ¿no vienes?

Angustias: Estará echada en la cama. (Amelia)

La Poncia: Ésa tiene algo. La encuentro sin sosiego, temblona, asustada, como si tuviera una lagartija entre los pechos.

Magdalena: No tiene ni más ni menos que lo que tenemos todas.
Todas, menos Angustias.

Angustias: Yo me encuentro bien, y al que le duela que reviente.

Magdalena: Desde luego hay quereconocer que lo mejor que has tenido siempre ha sido el talle y la delicadeza.

Angustias: Afortunadamente pronto voy a salir de este infierno.

Magdalena: ¡A lo mejor no sales!

La Poncia: ¡Dejad esa conversación!

Angustias: Y, además, ¡mas vale onza en el arca que ojos negros en la cara!

Magdalena: Por un oído me entra y por otro me sale.

Angustias: Abre la puerta del patio aver si nos entra un poco el fresco.

(La Poncia lo hace.)

Angustias: Esta noche pasada no me podía quedar dormida del calor.

Magdalena: Yo me levanté a refrescarme. Había un nublo negro de tormenta y hasta cayeron algunas gotas.

La Poncia: Era la una de la madrugada y salía fuego de la tierra. También me levanté yo. Todavía estaba Angustias con Pepe en la ventana.

Magdalena:(Con ironía.) ¿Tan tarde? ¿A qué hora se fue?

Angustias: Magdalena, ¿a qué preguntas, si lo viste?

Magdalena: Se iría a eso de la una y media.

La Poncia: ¡Pero si yo lo sentí marchar a eso de las cuatro!

Angustias: ¡No sería él!

La Poncia: ¡Estoy segura!

Magdalena: ¡Qué cosa más rara!

(Pausa.)

La Poncia: Oye, Angustias, ¿qué fue lo que te dijo la primera vez que seacercó a tu ventana?

Angustias: Nada. ¡Qué me iba a decir? Cosas de conversación.

Magdalena: Verdaderamente es raro que dos personas que no se conocen se vean de pronto en una reja y ya novios.

Angustias: Pues a mí no me chocó.

Magdalena: A mí me daría no sé qué.

Angustias: No, porque cuando un hombre se acerca a una reja ya sabe por los que van y vienen, llevan y traen, que sele va a decir que sí.

Magdalena: Bueno, pero él te lo tendría que decir.

Angustias: ¡Claro!

Magdalena: (Curiosa.) Entonces…¿Cómo te lo dijo?

Angustias: Pues, nada: "Ya sabes que ando detrás de ti, necesito una mujer buena, modosa, y ésa eres tú, si me das la conformidad, claro."

Magdalena: ¡A mí me da vergüenza de estas cosas!

Angustias: Y a mí, ¡pero hay que pasarlas!La Poncia: ¿Y habló más?

Angustias: Sí, siempre habló él.

Magdalena: ¿Y tú?

Angustias: Yo no hubiera podido. Casi se me salía el corazón por la boca. Era la primera vez que estaba sola de noche… y con un hombre.

Magdalena: Y un hombre tan guapo.

Angustias: No tiene mal tipo.

La Poncia: Esas cosas pasan entre personas ya un poco instruidas, que hablan y dicen y mueven lamano... La primera vez que mi marido Evaristo el Colorín vino a mi ventana... ¡Ja, ja, ja!

Magdalena: ¿Qué pasó?

La Poncia: Era muy oscuro. Lo vi acercarse y, al llegar, me dijo: "Buenas noches." "Buenas noches", le dije yo, y nos quedamos callados más de media hora. Me corría el sudor por todo el cuerpo. Entonces Evaristo se acercó, se acercó que se quería meter por los hierros, y dijo convoz muy baja: "¡Ven que te tiente!"

(Ríen todas. Angustias se levanta corriendo y espía por una puerta.)

Angustias: ¡Ay! Creí que llegaba nuestra madre.

Magdalena: ¡Buenas nos hubiera puesto! (Siguen riendo.)

Angustias: Chisst... ¡Que nos va a oír!

La Poncia: Luego se portó bien. En vez de darle por otra cosa, le dio por criar colorines hasta que murió. A vosotras, que sois...
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