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La pluma de Lorca es muy apta, desde el comienzo de la obra, para retratar el mundo austero, asfixiante y dominado por larepresión en que se hallan sus personajes femeninos. Es innegable que Bernarda, con su ‘vara de dominanta’ esfuerza estrictamente la represión en la casa cuyos ‘muros gruesos’ hacen que sea imposible quelas hijas tengan contacto con el mundo exterior.’Silencio’ grita Bernarda, y así domina y reprime a sus hijas. Lorca yuxtapone este ‘infierno’silencioso con la liberación de los segadores que cantancon alegría fuera de la casa para subrayar la condición de la mujer en general en los años treinta.
De hecho, durante esa época, era normal que las mujeres pertenecieran a un hombre todopoderoso ydominante. Así que cuando dice Bernarda: ‘hilo y aguja para las hembras, y látigo y mula para el varón’ y les aconseja que sean ‘perras sumisas’ Lorca implica que Bernarda no hace nada más que conformara los papeles tradicionales- ‘eso tiene que ser mujer’. Además, Lorca muestra la fuerza espeluznante que tiene la sociedad en el momento revelador del sufrimiento de Paca La Roseta,’ la única mujermala en el pueblo’- un comentario siniestro sobre lo que pasa a los que rompen los tabúes. Quizás Bernarda reprime a sus hijas para que ellas no compartan el mismo destino desgraciado que tiene estamujer rechazada y marginada.
Sin embargo, las acciones de Bernarda destacan no sólo por la represión de los sexos sino también por la de las clases, evidente en sus palabras- ‘cada clase tiene quehacer lo suyo’. No obstante, su obsesión por su reputación le conlleva a sacrificar tanto la felicidad como la vida de sus hijas. Dos ejemplos sobresalientes que ilustran esto son Martirio y Adela.Martirio, pesimista y deprimida, ‘un pozo de veneno’ hubiera sido felíz si su madre no hubiera prohibido que se casara por razones de clase. Y aún más chocante es el desenlace trágico de Adela, que...
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