Modernidad Y Posmodernidad

Modernidad y postmodernidad. Picó.
Modernidad, en el discurso estético, es lo transitorio, lo fugitivo, lo contingente, la mitad del arte, donde la otra mitad es lo eterno, lo inmutable. Habermas, que no utiliza el discurso estético, sino el racional, defiende el proyecto de la “razón ilustrada” tanto frente a los neoconservadores americanos, cuyo representante más significativo es Bell, comocontra los posestructuralistas franceses en su negativa antimodernista. Y por ultimo Wellmer amplia y clarifica los conceptos de modernidad y postmodernidad en su relación dialéctica desde una perspectiva de filosofía de la historia.
Las vanguardias en Europa atacaron y transformaron la “institución burguesa del arte”. Este ataque contra las formas tradicionales de representación solo tenía sentidoen los países donde el “high art” estaba todavía luchando por su legitimación y para ser tomado en serio por las clases populares. La vanguardia europea trata así de romper el discurso político de la alta cultura a través de su fusión con la cultura popular e integrar de esta manera el arte en la vida.
El fracaso de la vanguardia, para suprimir la distancia entre el arte y la vida apunta no soloal significado de la institución, sino también a la necesidad de revisar las categorías sintéticas de las estéticas tradicionales en la búsqueda por el trabajo paradigmático de la conciencia postmoderna.
Lo nuevo de los ’70 fue para Huyssen el nacimiento, por una parte, de una cultura ecléctica que abandono cualquiera llamada a la crítica, la transgresión o la negación y, por otra, unpostmodernismo alternativo en el que la resistencia, la crítica y la negación del “statu quo” fueron redefinidos en términos no modernistas ni vanguardistas, términos que hicieron el juego a los desarrollos políticos de la cultura contemporánea con mayor eficacia que las viejas teorías del modernismo.
Foster analiza la polémica entre neoconservadores y posestructuralistas a través de la arquitectura y lapintura, observando que ambas tesis revelan una misma identidad histórica.
Las cuatro negaciones de Baudellard (la muerte de lo social, la negación del sujeto histórico, la propuesta del poder/seducción y el eclipse de la forma mercancía) que constituyen el sentido trágico de su pensamiento, derivan de sus reflexiones acerca de nuestro encarcelamiento en el mundo esterilizado del poder abstractocomo esencia de la modernidad. Nunca ha existido una relación social.
Todo se ha convertido en eterno presente.
Si la década de los sesenta nos deparo la polémica sobre el positivismo en la confrontación Popper- Adorno, y la de los setenta la de la teoría crítica y la hermenéutica, esta vez encabezadas por Habermas y Gadamer, en los ochenta estamos asistiendo a un nuevo debate teórico en tornoa la condición postmoderna o a la crítica de la modernidad. El ámbito de este debate se enmarca en la conciencia generalizada del agotamiento de la razón, tanto por su incapacidad para abrir nuevas vías de progreso humano como por su debilidad teórica para otear lo que se avecina.
Así en política asistimos al final del Estado del Bienestar y la vuelta a posiciones conservadoras de economíamonetarista, en ciencia presenciamos el boom de las tecnologías, en arte se ha llegado a la imposibilidad de establecer normas estéticas validas y se difunde el eclecticismo que, en el campo de la moral, se traduce en la secularización sin fronteras de los valores, lo que constituye una fuerza subversiva incalculable.
Si los lenguajes en las ciencias sociales, después de la II guerra mundial, se hanmultiplicado y escapan cada vez más a un denominador común, las posibilidades formales en el arte se han vuelto infinitas, y por tanto se hace difícil su teorización. Entramos así a un terreno oscuro, donde las seguridades se pierden, los conceptos se hacen resbaladizos y las salidas a la luz apenas se vislumbran. Llegamos a la negación del camino dejado atrás, pero no conseguimos ponernos de...