Mongrafía sobre el trabajo del sonido en Jean Pierre Jeunet y Naomi Kawasw

Jean Pierre Jeunet.

Jean-Pierre Jeunet nace en la comuna francesa de Roanne,
Departamento de Loire, el 3 de septiembre de 1953. Estudió en Cinémation
Studios, donde conoce a Marc Caro, un diseñador y artista de cómics con
quien colabora en sus primeros films. A pesar de que dice no ser adepto de
la Nouvelle Vague, sus films, reconocibles a simple vista por ser tan
particulares yestilizados, lo han llevado a ser uno de los pioneros de lo que
algunos críticos llaman la Nouvelle Nouvelle Vague francesa.

A la fecha he tenido la suerte de ver todas sus películas e inclusive su
primer
cortometraje,
“Foutaises”(1989).
Estas
son,
en
orden,
“Delicatessen”(1991); “La cité des enfants perdus”(“La ciudad de los niños
perdidos”,1995);
“Alien:
Resurrection”(“AlienResurrección”,1997);
“Ämélie”(2001); “Un long dimanche de fiançalles”(“Largo domingo de
noviazgo”,2004); “Micmacs”(2007) y “The young and prodigious T.S.
Spivet”(“El extraordinario viaje de T.S. Spivet”, 2013).

Su trabajo se ve a leguas que ha sido concebido y concretado con
una mirada muy contundente, manteniendo características que se han vuelto
ya insignes de su estilo, y aunque éste parece ser (casiexclusivamente) de
una abrumadora fotografía y dirección de arte (que ya por sí solos
conforman una obra casi plástica), Jeunet pone la guinda al postre con un
diseño de sonido que duplica el discurso de la imagen, a veces cayendo en
retóricas deliberadamente (de una manera tan sutil que a mi parecer nunca
está de más, sino que afianza la sublectura del argumento). De hecho, con
lo sonorologra a veces distender un poco la oscuridad o rareza de la trama
(Delicatessen, La ciudad de los niños perdidos), por medio de una
musicalización juguetona, o distrayéndonos con un arreglo coral de sonidos.

Con el sonido, el director suele apoyarse para describir personajes y
su entorno, basándose en el ruido de los objetos que éstos utilizan, y los
timbres y efectos que luego les agrega enpost para hacerlos únicos y
diferenciables, como el caso de los habitantes en el terrorífico edificio de

Delicatessen, a quienes, agrupándolos por departamentos, les crea una
composición sonora particular, ya sean los resortes del colchón del
carnicero; la estruendosa reverberancia del departamento de la suicida, en
el que siempre se escucha una voz en fuera de campo ahogada en laresonancia del espacio, pareciendo esta un llamado divino a recapacitar; y
el taller de realización de latas donde el sonido que emiten las mismas
emula a una vaca, animal que vive una vida monótona y aburrida como ellos.
En la misma escena, Jeunet juega con un tratamiento analógico entre el
sonido de las latas y la voz del hombre al probarlas, Hay también lazo
orgánico en la escena en que elpersonaje de Dominique Pinon está
revisando la cama del carnicero y se escucha el chirrido de la cama.

El uso del silencio no es algo a lo que el director recurra en sus films.
En realidad es bastante raro encontrar alguna escena en la que, por lo
menos el sonido de ambiente, no esté construido de detalles y planos
sonoros que en lo más mínimo aporten al relato, más allá de describir el
lugar.Inclusive desde el comienzo, su trabajo es una sinfonía de sonidos,
matices y colores que si en algún momento uno de éstos calla, es tan breve
que se vuelve casi imperceptible.

Es común encontrar entre sus películas composiciones rítmicas con
objetos e instrumentos utilizados por los personajes en escena, llegando a
hacer música con tonos y sonidos percusivos no melódicos en general,relacionándolos más que nada por la frecuencia de un movimiento o la
similitud semiológica de la acción. Pero Jeunet no se queda con una
musicalización al estilo de Fanó, de hecho suele utilizar mucha música
extradiegética (y hacer también fraseos musicales), en su mayoría
compuesta para cada película en particular, abarcando una gran variedad
de géneros, según la historia lo requiera (Los...