Monografia Fin De La Historia

INTRODUCCIÓN

Penetrar en una obra literaria es abrir un puente desde la propia realidad como una existencia singular, en un momento preciso desde una cultura determinada, en una encrucijada histórica precisa, con una cotidianidad en un contexto definidos hasta la realidad del autor, con todo lo que esta tiene de singular y de referencia a un contexto igualmente preciso.
A diferencia de laestructura la literatura siempre es dialogo, incluso cuando quien lee el texto es su autor.
Puede el lector acercarse al autor considerando la existencia de un yo y un aquí distintos del suyo propio o puede no reconocer esa distancia y dejar que el autor llegue hasta él considerando, en su lectura, únicamente su propio yo y su propio aquí.
Humberto Eco a advertido que a pesar que los textos estén“abiertos” a las posibilidades interpretativas de sus lectores, no refrendan cualquier interpretación arbitraria, si no que quedan restringidos a las que marcan el contexto cultural, la ideología o el movimiento literario al que pertenecen.
A partir de la lectura del libro “Fin de la historia” de Liliana Heker, me propongo abrir ese puente desde mi propia realidad hasta la realidad de la autora yanalizar su desarrollo, especialmente los temas: historia, ficción, poder y política.
De la misma manera intentaré poner en relieve la construcción de una estética urbana y las problemáticas de la ciudad en “La Gran Aldea” de Lucio V. Lopez y en “Aguasfuertes” de Roberto Arlt.

DESARROLLO

EL FIN DE LA HISTORIA
CONTEXTO SOCIO HISTÓRICO

La densidad histórica que congestiona el inicio delos años 70 permite considerar este umbral como punto de partida de un nuevo proceso literario.
Bajo la presión de un contexto político cada vez más radicalizado, la relación de fuerzas entre espacios públicos y espacios sufrió una reorganización estructural profunda e irreversible. Hasta ese punto la práctica literaria había convivido de manera más o menos armoniosa al lado de la prácticapolítica.
Era común que ambas esferas funcionaran como escindidas o paralelas capaces de generar comportamientos y discursos que no se incomodaban mutuamente por que se creían independientes entre si. Traspasando el umbral de los años 70, esta coexistencia se tornó cada vez más impracticable.
La densidad histórica, por un lado, y la radicalización política que afectó los espacios públicos, por otro,hizo que la práctica literaria convergiera con la práctica política y ambas compartieran finalmente un espacio común de enunciación.
La coincidencia entre vanguardia estética y vanguardia política reconoció un territorio propio en lo que puede llamarse “novela política”. El rotulo intenta dar cuenta del uso específico al que en los años 70 se sometió el espacio literario, es decir, trata dedescribir la posición central que alcanzó el ethos político durante una década en la que virtualmente llegó a controlar la producción global del sentido.
En el compuesto que derivó la unión de literatura e ideología, lo político se comportó como topos o dato narrativo, pero también circuló como valor, punto de vista permanente y centro legitimador y organizador del sistema de referencias discursivas.
Apartir de los 70, el modo político de narrar que definió a la novela latinoamericana buscó reorganizar las estrategias discursivas del género en torno a una ideología fuertemente desinstitucionalizadora. Una profunda crisis de autoridad afectó seriamente los focos de enunciación “fuerte” y desplazó el crédito, la legitimidad y el consenso hacia los discurso de los marginalia. Con relativainsistencia, el lenguaje reificado de la época se retiró a esos “centros” discursivos llamándolos poder, saber y verdad.
Esta crisis de credibilidad pública e institucional, resulta un efecto rigurosamente histórico y, como tal, debe ser leída en relación simétrica y necesaria con la dislocación de la ratio social que afecto a América Latina después que las dictaduras militares se reprodujeron...