monografia
“Dentro de una semana incierta de febrero, se encontraba el día gris y oculto en el cual desperté. El chillar estruendoso de la pesadilla que estoy viviendo dejomuertas las expectativas de los ojos, que con cariño solían verme; mire al cielo y con la luz opacante del sol no me di cuenta que las nubes ya estaban rozando mi cabeza, así que pretendí no crecer máspor miedo a no encajar en este mundo, que ahora se torna diferente y yo me siento presionado”
Con la misma rutina de siempre, me despoje de la sabanas que absorben mi alma y rascándome la cabeza sinestar alerta de lo que pasa, cogí el pequeño espejo que me engañaba a diario. Ojeras adornaban mi rostro, ya que un dominante electrónico, más la terquedad de mi cuerpo sobornaron al sueño y rogaronal pensamiento para escribirle el cuanto la quiero. Para cortar la escena del recuerdo, la voz áspera y dominante de mi padre me recordó que tengo cinco sentidos, y unos cuantos ladridos me preocuparonal no poder mantener la inquietud quieta, quizás porque avizoraban algo.
Ya llegaba el momento de desmantelar a mi cuerpo y adaptar un nuevo color para este día; disfrazarme era el siguiente paso,hacerla de payaso ahumado, escritor frustrado o un simple joven que tiene el destino no muy a su costado; desempolve mis anécdotas, saque brillo a mis triunfos y oculte mis defectos, cogí la pluma queme ayuda a volar cuando escribo y salí decidido a la calle a buscar respuestas. Mi madre de reojo contempla los lentos pasos que doy por tan profundo abismo de ciudad, se imagina a mi costado al Diosque yo no puedo sentir y así con un suspiro, ruega que no venga más confundido que de costumbre.
Las primeras cuadras resultan difíciles de recorrer, un fuerte recuerdo que se convierte en nostalgiade a pocos enfría mi ser; aquella infancia que tras una pelota surgió, con una ventana rota se elevo y con una correa señalando mi cuerpo se cayó. No siempre volaban mariposas por mis ojos, pero en...
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