Monologo De Nora 1

Siéntate; va a ser largo. Tengo mucho que decirte y necesito tiempo.
Esto es realmente lo que pasa: no me comprendes. Y yo nunca te he comprendido tampoco... hasta esta noche. No, no me interrumpas. Vas a escuchar todo lo que yo te diga... Vamos a ajustar nuestras cuentas, Torvaldo.
Estamos aquí sentados uno frente a otro. ¿No te parece extraña esta situacion?
Llevamos ocho años casados. ¿No tepercatas de que hoy es la primera vez que tú y yo, marido y mujer, hablamos con seriedad?
¡Ocho años... más todavía! Desde que nos conocimos no hemos tenido una sola conversación seria.
Se han cometido muchos errores conmigo, Torvaldo. Primeramente, por parte de papá, y luego, por parte tuya. Vos nunca me quisiste, yo solo fui un capricho para vos y nada mas.
Cuando vivía con papá, él memanifestaba todas sus ideas y yo las seguía. Si tenía otras diferentes, me guardaba porque no le habría gustado escuchar lo que yo pensaba. Me llamaba su muñequita, y jugaba conmigo ni más ni menos que yo con mis muñecas. Después vine a esta casa contigo...
Quiero decir que pasé de manos de papá a las tuyas. Tú me formaste a tu gusto, y yo participaba de él... o lo fingía... no lo sé con exactitud,creoque ambas cosas. Cuando ahora miro hacia atrás, me parece que vivi aca como una pobre... al día. Vivía de hacer piruetas para divertirte, Torvaldo. Como vos querías. Vos y mi papa son culpables de que yo no haya llegado a ser nadie.
Creí ser feliz; pero no lo he sido jamás, sólo estaba alegre. Eras tan bueno conmigo... Pero nuestro hogar no ha sido más que un cuarto de juegos. Fui una muñeca grandeen esta casa, como fui muñeca pequeña en casa de papá. Y a su vez los niños han sido mis muñecos. Me divertía que jugaras conmigo, como a los niños verme jugar con ellos. He aquí lo que ha sido nuestro matrimonio, Torvaldo.
¿La educación de quién? ¿La mía o la de los niños?
¡Ay! Torvaldo, tú no eres capaz de educarme, de hacer de mí la esposa que necesitas.
¿Y yo... qué preparación tengo paraeducar a los niños?
¿No has dicho tú mismo hace un momento que es una misión que no te atreves a confiarme?...
...Y tenías razón. Debo procurar educarme a mí misma. Tú no eres capaz de ayudarme en esta tarea. Para ello necesito estar sola. Y por esa razón voy a dejarte.Necesito estar completamente sola para orientarme sobre mí misma y sobre lo que me rodea. No puedo quedarme más contigo.
Después delo que ha pasado, es inútil que me prohíbas algo. Me llevo todo lo mío. De ti no quiero nada, ni ahora ni nunca.
Creo que ante todo soy un ser humano, igual que tú... o, al menos, debo intentar serlo. Sé que la mayoría de los hombres te darán la razón, y que algo así está escrito en los libros. Pero ahora no puedo conformarme con lo que dicen los hombres y con lo que está escrito en los libros.Tengo que pensar por mi cuenta en todo esto y tratar de comprenderlo.
Sólo sé lo que me dijo el pastor Hansen cuando me preparaba para la confirmación. Dijo que la religión era esto, aquello y lo de más allá. Cuando esté sola y libre, examinaré también ese asunto. Y veré si era cierto lo que decía el pastor, o cuando menos, si era cierto para mí.
Lo único que sé es que tengo una opinión distintadel todo a la tuya. También he llegado a saber que las leyes no son como yo pensaba; pero no atino a colegir que estas leyes sean justas, ¡Cómo no va a tener una mujer derecho a evitar una molestia a su anciano padre moribundo, ni a salvar la vida de su marido! ¡No puedo creerlo!
Pero ahora quiero tratar de comprenderlo y averiguar a quién asiste la razón, si a la sociedad o a mí.
Lo lamento,Torvaldo, porque has sido siempre bueno conmigo... Pero no lo puedo remediar; ya no te amo.
Al ver que no se realizaba el milagro esperado, comprendí que no eras el hombre que yo me imaginaba. He esperado durante ocho años con paciencia. De sobra sabía, Dios mío, que los milagros no se realizan tan a menudo. Por fin llegó el momento angustioso, y me dije con toda certeza: "Ahora va a venir el...