Monologo De Un Indigente
Al día siguiente intenté escabullirme, inventar una tontahistoria para no verte por los pasillos del diario donde trabajaba. Sorry D, me olvidé por completo que habíamos quedado para hoy. Mis dedos se desgastaban apretando los botoncitos del teléfonollamando al anexo de mi amiga: Ya se fue? Ahora? Sigue allí? No se va?
Cuando por fin creía que te había perdido, me bastó levantar la mirada -que antes se encontraba buscando algo, ya no recuerdo qué, enmi bolso- para verte con una gran sonrisa y esa mirada tuya que nunca pude sacarme de la cabeza.
Hola D!! Cómo estás? Que te cuentas? Sí, ahora mismo tramito tu pase.
Quién diría que unos díasdespués estaríamos en mi casa tomando 7 raíces. Quién diría que horas más tarde estaríamos en tu departamento viendo tu último trabajo mientras explicabas con orgullo como lo habías realizado. Quién diríaque en tu departamento me darías ese primer beso y quién diría que en mi casa nos daríamos el resto y más.
No fue esa noche, pero allí entre la armonía de nuestros afectos y la sincronía de nuestrascaricias y miradas pactamos encontrarnos de nuevo.
Puede sonar a cliché, pero así pasó. Fue como una danza, no D? Tú sabías llevarme a tu ritmo, de pronto yo quería hacer un nuevo paso y tú medejabas y me acompañabas en este baile.
Tu mirada, esa que reconoces que intimida, esa que siempre desafié -incluso cuando ni en sueños hubiese imaginado pasar 5 ,casi 6, meses a tu lado- empezó ahipnotizarme, a llevarme hacia tus fauces. Eras un otorongo en la selva, uno negro con ojos verdes, y yo era una indefensa presa. Indefensa? No te debe cuadrar eso mucho, no?
Es cierto, creo que más veces...
Regístrate para leer el documento completo.