Monologo De Un Psicopata
“Le dedico esta obra a aquellos Que no se sienten en casa…”
ADVERTENCIA En el único viso de humanidad que usted señor lector encontrará en este libro, me permito advertirle, sin que me importe mucho, que lo que tiene usted en frente no es una novela, ni un relato, no hay héroes ni villanos, ni siquiera hay historias. Este libro es el vuelco material de todo el odio que llevo por dentro, de cómo a los humanos yo los veo un poco menos que animales, de cómo me da asco el mundo en que nos toca vivir y de cómo cada día vomito y me lamento por haber nacido rodeado de la humanidad. Es por esto señor lector, que tal vez no quiera seguir adelante con la lectura de estas páginas, pero si de alguna manera lo hace, entonces no se moleste con las palabras acá escritas, recuerde siempre que fue su decisión y no la mía en leerlas. No voy a omitir ningún sentimiento de los que llevo adentro, ni me interesa, odio a todo lo que veo, incluyéndolo de pronto a usted, que tiene este libro en las manos. Este es mi legado de odio, y su única finalidad es imprimir en estas páginas toda la podredumbre y porquería que a través de mi vida he visto en los países que he visitado y a la que he tenido la desgracia de sobrevivir. Por ahora no es más. Ya está advertido. Con “sincero cariño”: Miguel Hernández
PROLOGO
Si dios existe, nos ha abandonado, ¿Porque se avergüenza de nosotros?DE CÓMO LLEGUÉ A CONOCER A MIGUEL HERNANDEZ
En la mitad de mi vida, de entre todos los que conocí, hubo uno, Miguel Hernández, quien me conmovió. Me marcó como ganado. Él nació el mismo día que yo y al parecer nuestros destinos nunca fueron muy distantes: Los dos tuvimos buenas familias, buena educación, buenos libros, viajes y, sobre todo, compartíamos el odio hacia la gente y la sociedad. Conocí a Miguel un día cualquiera, como si nada. Nos presentaron, o mejor dicho, la situación nos presentó. Con el tiempo, Miguel y yo nos hicimos buenos amigos, a los dos nos gustaba la buena música, el Whisky y las pláticas sobre lo estúpidos que son los humanos. Aunque el era más versado que yo, a veces yo también le planteaba problemas que lo hacían divagar en esa áspera mente que tenía. Miguel siempre me dijo que un día desaparecería. Aunque nunca lo creí, siempre supe que era cierto, por lo que grabé en mi mente muchas de sus conversaciones, las cuales ahora reproduzco en este libro, porque creo que allá afuera existen miles de personas que tal vez necesitan ser liberados así como a mi me liberó Miguel Hernández. Con más humildad que otra cosa, no espero recriminación alguna por lo fuerte de sus palabras y espero que comprendan cada punto y cada coma de sus relatos, porque tal vez fue Miguel el verdadero Mesías, el verdadero salvador, y así pasó y así desapareció y lo único que quedó de él fue este relato y nuestra eterna amistad.
Felipe Szarruk
DIÁLOGO PRIMERO
I LA CIUDAD ES MI CELDA ─ ¡El mundo vale mierda! Recuerdo esa frase, fue la última antes de declararme a mí mismo un loco. Yo di el paso, yo tomé la decisión, era indiscutible la necesidad de apartarme de esta realidad podrida y patética en la que todos somos obligados a vivir desde el mismo momento en que nacemos. ¡La vida vale mierda! Y todo lo que vemos también. Horda de animales inmundos, pedazos de carne ambulantes y sin sentido, escuchen mi voz porque yo soy la verdad y la vida, yo soy la luz que vino al mundo, quien crea en mi será salvo. Cuando yo era niño creía en el amor, creía que todo era eterno, la felicidad, el cielo, el mundo. Cuando yo era niño no me preocupaba sobre lo infinito del universo, ni me preguntaba ...
Regístrate para leer el documento completo.