Monopolios
Pero el viejo sistema corporativo que se creó en la pasada década de los treinta sobrevivió intacto a todos estos cambios.
El control monopolista de casi todo campo de la vida mexicana no ha perdido vigencia, y es posible que hoy sea más fuerte que nunca. Aquí es donde radica el reto que enfrentan Calderón y México. Inmensos monopolios tanto públicos como privadosdominan el país. PEMEX y CFE poseen derechos exclusivos sobre el petróleo y la energía eléctrica; Telmex prácticamente posee lo mismo en el campo de los teléfonos celulares y fijos, Cemex en el cemento, Televisa y TV Azteca en la televisión, Bimbo en la industria del pan y Maseca en la producción de tortillas. Dos bancos, Citigroup/Banamex y BBVA/Bancomer, controlan casi el 80% del total de losdepósitos; Wal-Mart se convirtió ya en el mayor empleador de México y está desplazando con rapidez a los comerciantes minoristas tradicionales; el Instituto Mexicano del Seguro Social provee casi la mitad de todos los servicios médicos.
Pero esto no es todo. Los sindicatos del país --gracias a las cuotas no supervisadas, obligatorias y acordadas entre empresas y sindicatos, así como a los acuerdosentre el gobierno y la empresa privada desde finales de la pasada década de los cuarenta—disfrutan del monopolio absoluto de la contratación, el despido y la discusión de los convenios colectivos de trabajo, y ejercen una influencia enorme sobre la empresa del petróleo, la electricidad, los servicios médicos y, lo que es más importante, la educación. El Sindicato Nacional de Trabajadores de laEducación, que cuenta con 1.2 millones de afiliados, es el más grande de Amé rica Latina y el más poderoso de México; sólo rinde cuentas a su incuestionable dirección.
Será capaz de hacerlo Calderón? Hasta ahora ha dicho lo que tenía que decir, aunque en la práctica no se ha comprometido. Su primera decisión es inminente: autorizar una tercera emisora nacional de televisión no limitada al cable, quees por lo que la división NBC de General Electric está luchando. No sería más que un paso, pero un paso crucial siguiendo un camino por el que México nunca ha transitado.
jorge castañeda
En diciembre de 2008, la entonces subsecretaria de Comunicaciones, Purificación Carpinteyro, le entregó al presidente Felipe Calderón un documento explicando las tensiones existentes entre los gigantes delos medios de comunicación y de las telecomunicaciones (especialmente Televisa y Telmex), al tiempo que le sugería ocho medidas que el gobierno federal debía adoptar para ser un auténtico árbitro en el sector. De no cumplirse esas sugerencias, la funcionaria preveía lo que ahora está sucediendo: una guerra abierta entre los actores más importantes, con unas autoridades que observan como convidadosde piedra esta lucha abierta por intereses multimillonarios, sin que la población salga beneficiada. A continuación, Proceso reproduce íntegro el documento que Carpinteyro dirigió al presidente, de cuyo contenido Calderón hizo caso omiso.
A su entrada en 2006, el nuevo gobierno enfrentó una situación de indefinición, con su capacidad de actuación limitada por las cuestiones sujetas a decisióndel Pleno de la Suprema Corte de Justicia, que sólo llegó 20 meses después. Pero durante el periodo de indefinición los jugadores del sector privado se conformaron en dos bloques de influencia totalmente antagónicos encabezados uno por Televisa y otro por Telmex.
El bloque encabezado por Televisa, que tiene en común el objetivo de impedir la entrada de Telmex al mercado del triple play, inició...
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