Monopoly
Lizzie Magie patentó en 1904 el juego, que en su versión beta se llamaba “ElJuego del Terrateniente” (The Landlord’s Game). La intención de Magie con el juego era demostrar cómo las rentas enriquecían a los propietarios y empobrecían a los inquilinos. Dado que las ideaseconómicas subyacentes eran muy difíciles de transmitir a las víctimas del sistema, inventó un juego con el que despertar en los niños una natural suspicacia hacia la injusticia.
El mayor problema deaquel proto-Monopoly (que no de los subsiguientes, abiertamente procapitalistas) era su mecánica. La inventora pensaba que los jugadores se verían ahogados por las exorbitantes rentas de los propietariosy acabarían levantándose contra ellos, atesorando una dosis del rencor para el mundo real. Pero el efecto era el contrario: el jugador que conseguía hacerse con todas las propiedades y el dinero deltablero ganaba la partida, de modo que estimulaba ese demonio acumulador y acaparador que todos llevamos dentro.
Otro tanto pasaba con los trenes. Aquel que se hiciera con las cuatro compañíasferroviarias estaba en disposición de cobrar los boletos al doble de precio. Una vez más, la metáfora estaba clara: la acumulación de propiedades en unas pocas manos llevaba al abuso. Una vez más, laenseñanza del juego era muy otra: los monopolios son un gran invento porque te hacen ganar pasta a manos llenas.
El otro problema al que se enfrentó Magie fue el “time to market”. El Juego delTerrateniente tuvo su momento en los locos años 20, década de furiosa extensión del capitalismo. De haberlo inventado un poco después, el juego hubiera encontrado un buen caldo de cultivo entre los...
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