Monteleone sobre Gelman
Gelman: el salario del impío
por Jorge Monteleone
(Universidad de Buenos Aires – CONICET)
RESUMEN
En su “Discurso sobre lírica y sociedad”, Theodor W Adorno señala que el poema lírico debe presentar
un alto “grado de interiorización y una radical individuación”. Es decir, que el contenido del poema
será tanto más objetivo y motivado socialmente cuanto menos se“tematice” en él la relación entre el yo
y la sociedad y que el sujeto estará menos ausente de la forma poética que lo presenta, cuanto más se
sumerja y olvide en la objetividad social del lenguaje. A la luz de esas nociones pueden leerse dos libros
de Juan Gelman, que se refieren explícitamente al exilio: Bajo la lluvia ajena (notas al pie de una derrota)
(1984) y Salarios del impío (1993).Entre uno y otro se percibe una progresiva individuación que permite
alcanzar formalmente en el lenguaje poético una eficaz representación imaginaria del hecho histórico
opresivo, que elude la reducción temática. Asimismo, la noción de posterioridad, con la cual se
reinscribe y reorganiza la significación de un hecho traumático del pasado en un trabajo de la memoria,
permitiría revisar aquellacélebre advertencia de Adorno según la cual sería imposible escribir poesía
después de un genocidio.
Entre los aspectos más problemáticos en la interpretación del poema lírico se hallan
tanto la relación entre el sujeto imaginario del poema y la experiencia como, en un plano más
vasto, el vínculo entre poesía y sociedad. A menudo, tanto en uno como en otro aspecto, las más
socorridasteorías del reflejo y de la representación temática han limitado la lectura crítica, al
punto de cristalizar afirmaciones históricas y estéticas ciertamente limitadas. Estas
generalizaciones son muy visibles, por ejemplo, en algunos tramos de los prólogos críticos a
antologías que, en sí mismas, son sumamente valiosas, pero que suelen referirse de un modo
algo superficial al vínculo entre poesía yvida o a la exégesis de la poesía de tema social o
político. Inversamente, se atiende a las relaciones entre poesía y experiencia o entre poesía y
política solo si dichas relaciones se hallan tematizadas de un modo explícito, con lo cual suelen
ser juzgadas por su elección existencial, por el núcleo de ideas que “reflejan” o por su posición
ideológica respecto de hechos históricos conocidos.Valgan al respecto dos ejemplos. Naim
Nómez se refiere de este modo al conjunto de las Odas de Pablo Neruda: “La poesía inaugurada
en las odas es transparente y abierta a todos los lectores, extremadamente lírica, limitada a
versos cortos y ejemplificadora de las ideas del poeta”1 Juan Gustavo Cobo Borda, por su parte,
juzga buena parte de la poesía hispanoamericana de los años sesenta por suscreencias políticas
y asimila a ellas su estética de un modo mecánico:
Panfleto o pancarta, la poesía militante de los años sesenta en América Latina dejó,
por desdicha, muy pocas obras válidas —algunos poemas de Juan Gelman (1930),
algunos de Roque Dalton (1935-1975)— y sí varios cadáveres engañados en medio
de los recovecos de la praxis: Javier Heraud, Francisco Urondo, el propio Dalton.Dio a entender que era muy fácil escribir poesía: bastaba tener buenos sentimientos
y estar preocupado por los pobres de la tierra, en un internacionalismo demagógico
que si bien clamó por Vietnam no lo hizo tanto por Polonia.2
La declaración de Nómez es simplista v concibe la escritura poética como un
sucedáneo, o una especie de traducción del mundo de las ideas del poeta; la de Cobo Borda es1
Naim Nómez Poesía chilena contemporánea. Breve antología critica, Santiago de Chile, FCE/Andrés
Bello, 1992, p. 150
2
Juan. Gustavo Cobo Borda. “Prólogo” a Antología de la poesía hispanoamericana, México, Fondo de
Cultura Económica, p. 49.
1
Orbis Tertius, 2001, IV (8)
reductora, toda vez que asimila una poética a una retórica o a un tema (incluso si adhiriera, en
lugar de...
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