mor

como la felicidad, la felicidad como tranquilidad reflexiva, y la tranquilidad como producto de la autosuficiencia; lo que no cabe dentro del dominio del yo no está bajo su control y por lo tanto se encuentra supeditado a la fortuna y a los fortuitos enemigos de la tranquilidad. Las versiones más extremas de este punto de vista en
Cualquier cosa que sea producto de una contingencia benéfica oadversa no constituye un objeto apropiado para la evaluación moral, y tampoco un determinante adecuado de la misma. 1 Al igual
fascinación. El kantianismo es repulsivo sólo superficialmente; a pesar de las apariencias, ofrece un atractivo, apacigua el sentimien-to de que el mundo es injusto.
ral fuera meramentc un tipo más de valor entre otros. EE valor moral tiene que poseer una clase especial,realmente suprema, de
dignidad o ilnportancia. La idea de que existe un tipo de valor que,
kantiano de escapar a la fortuna es una empresa arbitraria. El intento es tan íntimo a nuestra noción de moralidad, de hecho, que su fracaso quizá nos impulse a considerar si debemos renunciar por completo a tal noción.
mientos y experiencias. En el caso de lo menos usual existe sola-mente la afirmación de quelos pensamientos y experiencias que tengo en mente son posibles, coherentes e inteligibles, y no hay
bases para condenarlos como irracionales. En el caso de lo más
Tomemos primero un ejemplo burdo del artista creativo que se aleja de las exigencias humanas definidas y apremiantes que hay sobre él para vivir una vida en la cual, como él supone, puede proseguir con su arte. Sin sentirnos limitadospor los factores históricos, llamémosle Gauguin. Gauguin puede haber sido un
históricos, llamémosle Gauguin. Gauguin puede haber sido un hombre a quien no le interesaban en absoluto las exigencias que se le imponían, y simplernente prefería vivir otra vida, y a partir de dicha vida, y quizá de tal preferencia, se originaban sus mejores pinturas. Este tipo de caso, en el cual las exigencias deotros
No estamos tratando en este punto de la eliminación de un obstá-culo externo a algo que, una vez eliminado tal obstáculo, predeci-
blemente se logrará. Gauguin, en nuestra historia, está arriesgando
mismos. Una noción que utilizarernos para describir su estado mental es la de lamentar, y hay ciertas cosas que se deben decir
primeramente sobre esta nociÓn.
entonces. En este sentido general de lalamentación, lo que se lamenta es el estado de las cosas y, en principio, lo puede lamentar cualquiera que las conozca. Pero existe una especie particularmente
importante de lamentaciÓn, a la que llamaré "lamentación del agente", la cual puede sentir una persona sólo con respecto a sus propias acciones pasadas (o, cuando mucho, a las acciones en las
este tipo de casos, expresada en términos talescomo lamentación y remordimiento, donde la "lamentación" se identifica efectivamente como la lamentación del espectador, mientras que "remordimien-to" es lo que hemos llamado "lamentación del agente", pero con la restricción de que se aplica solamente cuando intenziene la voluntad. El hecho de que tengamos lamentaciÓn del agente en
La lamentación necesariamente implica el deseo de que las cosashubieran sido distintas; por ejemplo, que uno no hubiera tenido
cual incluso los procesos de deliberación de tal agente pueden ser justificados o injustificados, es decir, el sentido en el que su decisión puede ser razonable o irrazonable en relación con su situaciÓn, sin importar su resultado real. Las consideraciones al respecto inclu-
propio interés, Un albacea no tiene derecho de arriesgar eldinero de los niños incluso si cualquier ganancia con seguridad pasaría a manos de éstos, y el éxito en sí no eliminará, ni siquiera en parte, tal objeción. Este tipo de crítica no resulta apropiada, por supuesto,
armonizar todos los proyectos propios. También se supone que proporciona bases especiales para la idea de que el error delibera-tivo irnplica una forma más fundamental de lamentaciÓn que...