Moral Sexual
NDC
SUMARIO: I. El hombre, ser sexuado. II. Plan de Dios sobre la sexualidad: 1. Antiguo Testamento; 2. Nuevo Testamento. III. Para una moral de la sexualidad: 1. Rasgos característicos; 2. Horizonte ético de la sexualidad como relación. IV. Ética sexual cristiana: 1. Contenidos; 2. Especificidad. V. Orientaciones catequéticas generales: 1. Los condicionamientos; 2. Lasconvicciones fundamentales; 3. Las líneas pedagógicas; 4. El catequista y los ambientes educativos. VI. Orientaciones catequéticas concretas: 1. Las tareas de la catequesis; 2. Las distintas edades de la vida.
I. El hombre, ser sexuado
El Vaticano II ha afirmado que hay que iniciar a los niños y adolescentes en una positiva y prudente educación sexual (GS l b). Algunos elementos para taleducación pueden hallarse en las páginas conciliares dedicadas al matrimonio y la familia (GS 47-52), especialmente en el apartado sobre el amor conyugal (GS 49). Habría que recoger también las anotaciones antropológicas sobre la constitución psicosomática del ser humano, la alabanza de la condición corporal (GS 14) y la presentación de la vocación dialógica del ser humano, expresada ya en su mismacreación como imagen de Dios, y su complementariedad en la mutua referencia bisexual: «Dios no creó al hombre en solitario. Desde el principio los hizo hombre y mujer (Gén 1,27). Esta sociedad de hombre y mujer es la expresión primera de la comunión de personas» (GS 12d).
La sexualidad no es algo extrínseco a la persona. Pertenece íntimamente a su constitución. Se sitúa no tanto en la línea del tenercuanto en la línea del ser. No existe persona si no es persona sexuada. Parafraseando una cita del evangelio referida al hombre y al sábado (cf Mc 2,27), se puede decir que no es la persona para la sexualidad, sino la sexualidad para la persona.
La sexualidad humana no puede ser reducida a un fenómeno puramente fisiológico. Esta necesidad, siendo a la vez física y psíquica, integra y supera loslímites de la mera manifestación genital. Tras haberla reducido durante largo tiempo a sus manifestaciones genitales, y estas a mediaciones indispensables para la generación humana, la antropología coincide hoy casi unánimemente en considerar la sexualidad humana en el ámbito de la significatividad y de la comunicación interpersonal.
El magisterio de la Iglesia católica se expresa en losúltimos tiempos en términos que denotan una forma más global y personal de comprender la sexualidad. La persona humana, según los datos de la ciencia contemporánea, está de tal manera marcada por la sexualidad, que esta es parte principal entre los factores que caracterizan la vida de los hombres1. «A la verdad, en el sexo radican las notas características que constituyen a las personas como hombres ymujeres en el plan biológico, psicológico y espiritual, teniendo así mucha parte en la evolución individual y en su inserción en la sociedad». «La sexualidad es un elemento básico de la personalidad; un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y vivir el amor humano... La sexualidad caracteriza al hombre y a la mujer no sólo en el plano físico, sinotambién en el psicológico y espiritual con su impronta consiguiente en todas sus manifestaciones»2.
Así se expresa también el Catecismo de la Iglesia católica: «La sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de su cuerpo y de su alma. Concierne particularmente a la afectividad, a la capacidad de amar y de procrear y, de manera más general, a la aptitud para establecervínculos de comunión con otro» (CCE 2332).
II. Plan de Dios sobre la sexualidad
1. ANTIGUO TESTAMENTO. a) Los capítulos 2 y 3 del Génesis constituyen una especie de parábola sapiencial sobre el sentido de la vida humana, del trabajo, la sexualidad y la muerte. El relato parece querer incluir, al menos, las siguientes afirmaciones: 1) La sexualidad humana ha sido querida y diseñada por...
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