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Unión Libre (Opinión de los Psicólogos)

Según datos de un estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) sobre divorcios y matrimonios, en el 2005 se efectuaron un total de 595 mil 713 matrimonios, mientras que la cifra sobre divorcios fue de 70 mil 184; de cada 100 parejas comprometidas 67 eran jóvenes, y fue mayor el porcentaje de hombres cuyaedad superaba entre uno a cinco años a su compañera. En contraste sólo el 10.3% de las parejas tenían la misma edad*.
Pero es necesario preguntarse, ¿cuál fue el verdadero motivo por el que estos enlaces se llevaron a cabo? La mayoría seguramente tendrá algún conocido que en fechas recientes se haya comprometido, pero descartando los casos en que la joven estaba embarazada, ¿cuántos, en un rangopromedio de edad de entre 15 a 25 años, se unieron en nupcias?
Se ha comprobado que en la actualidad el perfil de jóvenes que optan por casarse va de los 26 años en adelante (rondando los treinta). A nivel generalizado, se ha hecho conciencia de que se necesita mucha madurez para comprometerse, además de tiempo para terminar los estudios y establecerse en un buen empleo que asegure los recursoseconómicos para la manutención de la familia. Lo ven, si bien no de una manera fría, sí menos impulsiva que alguien que se enlaza o se junta a los 19 ó 20 años, cuando aún se está en etapa escolar o no se tiene un empleo fijo.
Lo anterior es un enorme avance. En Buenos Aires, por ejemplo, las parejas que hace 30 años se desposaban a los 20 y 24 ahora lo hacen hasta llegar a los 30 y 34 años. EnMéxico, según datos arrojados por el INEGI, con respecto al 2004 los enlaces matrimoniales disminuyeron 0.8% y según sondeos tentativos esta práctica sigue decreciendo.
Los tiempos se transforman, ya no es tan fácil sobrevivir si no se tienen los recursos adecuados, incluso si los gastos del hogar son divididos entre dos la calidad de vida no mejora. La competencia es demasiado fuerte y laresponsabilidad genera cierto miedo a los muchachos, originado, entre otras cosas, por el temor al fracaso cuya consecuencia es el divorcio, que en contraste aumentó 3.9% con respecto al 2004.
¿Quién se mete al ruedo?
Anahí, de 23 años, ha vivido en pareja desde los 19: "Lo conocí en el trabajo. Ninguno de los dos seguía con sus estudios, así que bastó con tres meses de noviazgo para comprometernos.Para ser sincera jamás había tenido una relación muy duradera que digamos y la idea de preparar la boda me emocionó bastante... ¡Creo que fui un poco inmadura jaja!, además quería salir de casa de mis padres, por ello acepté.” En una relación de este tipo, muchas veces son más las personas involucradas de lo que podríamos suponer: “La familia de mi esposo es cristiana mientras que a mí meeducaron en otra muy diferente; éramos testigos de Jehová. Al principio a causa de la religión y las ideas de cada uno, las cosas fueron difíciles de conjugar. No obstante nos unimos por su iglesia; talvez de lo único que me arrepiento de aquellos días, es haber aceptado vivir en su casa. ¡Gran error! Con el tiempo ambos hemos aprendido a conocernos y llevar las cosas bien. A los seis meses, nosindependizamos de nuestras familias e incluso ya encargamos a nuestro primer hijo. Las cosas van bien entre nosotros pese a lo que cualquiera hubiera podido prever..."
Una decisión difícil
Cuando sé es demasiado joven o simplemente no existe una división entre la familia base (los padres) y el nuevo núcleo familiar y viven en la misma casa es fácil caer en problemas como los que Anahí relata. No esalgo que ocurra siempre, pero sí con cierta probabilidad, ya que el vivir en el domicilio con los padres no es “sano” y es preferible evitarlo en lo posible como afirman sicólogos y terapeutas de pareja, puesto que los desposados tienden a ser reubicados (ya sea dentro de su misma familia o de la familia política) como miembros “adoptados”, limitando su convivencia sentimental.
El oficio de...