Mosca de la fruta
Los estudios sobregenética hoy parecen parte de lo cotidiano. Hacer ingeniería genética, clonaciones o descifrar el genoma humano, son parte de las noticias que todos los días ofrecen los medios de información. Muchode esto no habría sido posible sin la colaboración de las pequeñas aladas.
Que, ¿no te las han presentado? Será porque no requieren presentación alguna. Ellas mismas se encargan de hacer su entradatriunfal cuando encuentran abierto un frasco de vinagre o topan con una fruta que comienza a descomponerse. Sí, esas pequeñuelas que rondan insistentemente lo que ha quedado fuera del refrigerador.Diminutas parientes de las moscas comunes que, a pesar de su abundancia y su tamaño, no han trascendido tan importantemente en el mundo de la ciencia como la Drosophila.
¿Te parece demasiado elogio parauna mosca enana? Pues no, apenas lo justo. Resulta que la estructura de los cromosomas apenas se comenzó a conocer desde 1934. Esto es porque los cromosomas son de lo más pequeños, y por ellodificilísimos de observar. Ah; pero en la década de los años treinta, un investigador apellidado Painter descubrió que la larva de esta mosca tenía cromosomas gigantes en las células de las glándulassalivales.
Suena complicado, pero no lo es. Primer punto: las moscas vienen de larvas, ¿de acuerdo? Segundo punto: una larva es parecida a los gusanos de las frutas y que luego se transformarán en otra cosamediante la metamorfosis. Bueno, pues resulta que las larvas de la Drosophila melanogaster tienen unas glándulas salivales —donde producen su saliva— inmensas para su tamaño. Y claro, glándulas...
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