moscas y arañas

oscas y arañas.
1. Lean los cuentos y sintetícelos
Una pareja que se desposo por amor. A nombre de ese amor, y de la garantía de su perpetuidad, se da a buscar un sitio apartado, lejosde losconocidos, más cerca de los desconocidos, para no ser molestada por las intervenciones, casi siempre tan desafortunadas e impertinentes de quienes se creen siempre con el derecho aopinar, losprimeros; una pareja, Raúl y su querida Andrea, que viaja a la ciudad para poner entre ella y sus familiares la distancia mínima necesaria, así según el convencimiento de Andrea,para que el amor suyo nuncadesfalleciera. A la ciudad llega esa pareja y tiene que buscar un lugar para domiciliarse a nombre de su amor. Y sin embargo la elección del sitio paraestablecerse en una ciudad de extraños estuvo másdeterminada por otras consideraciones que poco o nada tenían que ver con el cuidado del sentimiento que querían librar de todo mal, el amorososuyo, ese que pretendían resguardar de cualquier dañoque se supone siempre viniendo de terceros. Cálculos económicos favorables que con el tiempo constituirían una ambición, animaron a Raúlque creyó ver en un desvencijado caserón una inversión ventajosa:tantos metros en una localidad como esa y a ese precio, ¿cómo no incurrir en ella? Y él se encargó de convencer a Andrea deestablecer allí la residencia de su amor y, pasado un tiempo con lainsoportable sensación que llegaba de unas habitaciones clausuradas, desocupadas, y desaprovechadas, también la convencióde hacer de ese lugar una pensión, que bien visto es también un buen negocio. Allíllegan varias personas, o varias moscas al decir de Raúl que se tomaba por araña, y llega también Helene,una mujer extraña, o una araña con cuerpo de anciana desvalida y de extranjera que con el tiempoy con un poder mental ultramundano hizo del matrimonio y de sus protagonistas, de Ra