movimiento estudiantil

"La historia de Asael" 
Nadie conocía a Asael Ozuna hasta el día que murió. El rumor se extendió pronto por todo el pueblo y casi todos se enteraron de como habían sucedido los acontecimientos. Asael había caminado, como todos los miércoles, por la plaza junto a Estephania, rumbo al gimnasio municipal a ver los juegos de basquetbol. Antes, en la mañana, le había llevado el desayuno a la cama,llevaban más un mes de casados y eran muy felices. Caminaron tomados de la mano mientras cruzaron la plaza, nada raro, pasaron frente al kiosko que está en la plaza. No pasó nada, solo un grupo de chicos jugando con una pelota de fútbol. El siguiente día había jugado con Estephania sobre la cama, después del desayuno. Había sido un día normal. Casi llegaban a los juegos cuando ocurrió la primeracosa extraña, pero ninguno de los dos se percató de eso. La mujer era grande y vieja de cabello blanco bastante encorvada llevaba anteojos de montura negra y un vestido rojo con puntos blancos. Asael y Estephania compraban unos cigarros en la tienda que está a un lado de la presidencia, la mujer miraba los carteles que había en la puerta, ellos caminaron hacia la calle, ella los miró asustada, ellossonrieron al salir y se dieron un beso, la mujer aun jura que ambos tenían sombras negras flotando sobre sus cabezas. La mujer no dijo nada ese día, corrió a su casa y tomo varias pastillas que la despertaron mucho después que todo había ocurrido. Los cigarros los compraron al principiar la tarde, esas tardes dulces de primavera, caminaron un tramo y llegaron y se sentaron en una de las bancasde la plaza, donde descansaron. El sol se podía ver desde la banca. No estaban solos, mucha gente estaba reunida allí. Casi parecía que todo el pueblo estaba reunido. Ellos no prestaron atención a nada raro, pero ahí sucedió la segunda cosa rara. En el kiosko junto con la gente muchos canes se reunieron, eran de seguro las mascotas de toda esa gente. Sin embargo, por donde estaba Asael los animalesno iban, como asustados. Nada más ocurrió allí; después de jugar y reír regresaron. El mismo sol, con su prisa, parecía no querer presenciar lo que iba ocurrir. Llegaron a casa antes que oscureciera y tomaron un largo baño por la mañana. El pueblo era pequeño, todos se conocían y desde afuera casi nunca venía gente, pero ese día llegó una camioneta volkswagen del tipo furgón, de esas que despidengrandes cantidades de humo mientras avanzan lentamente. Ninguna persona hubiera podido encontrar nada extraño en la pareja que llegó. Pero si eran extraños, no en sus ropas tampoco en su hablar o caminar, eran extraños en su historia. Eran un hombre y una mujer ambos de la capital, de donde trabajaba Asael. Sin embargo, no eran conocidos de él, pero ellos si lo conocían a él. Llegaron y losiguieron, nadie lo advirtió. Estaban en la plaza, del otro lado del niño que tiraba agua, el agua les ocultaba los rostros como una cortina. Conversaron, rieron nadie vio nada extraño en eso, nadie tenía que estar pendiente de algo anormal. Caminaron detrás de Estephania y de Asael mientras se besaban y reían como cualquier pareja normal. Los visitantes llegaron un poco después a la nevería y casi lospierden. La oscuridad fue una gran aliada. Pudieron seguir a Asael con cuidado y en detalle. No sabían que iba hacer él por la tarde, su plan era seguirlo hasta llegada la ocasión en que se encontrara solo, si era posible. Pero Estephania parecía no desprenderse de él en ningún momento. Asael y Estephania salieron en las bicicletas a la calle, ellos no los siguieron. Sabían que mucha gente iba aaquel lugar, que nunca lo encontrarían solo, mejor se quedaron a observar su casa. Asael llegó con su mujer eran las 5:30 de la tarde, estaban cansados pero felices, tomaron una ducha y salieron rumbo a la casa de los padres de Asael. Iba Estephania manejaba el auto, era una costumbre de los dos cuando estaban en el pueblo, conversaban de nada: cosas el tiempo y cuando volverían a la ciudad. La...