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Lecciones de historia porno dictadas al desnudo
Por Leonardo M. D’Espósito
Hace algunas semanas hablamos de Katie Morgan porque HBO dispuso en su servicio on demand de un programa
donde se laentrevista y cuenta su historia. La idea era promocionar una serie que se puede ver en los horarios “de
adultos” de la señal premium –y también en la carpeta “Adultos” del servicio on demand– llamada KatieMorgan’s
Porn 101. La serie es muy buena, no tanto por Katie en sí mismo, sino por el extraordinario material de archivo que
presenta y que permite hacer algunas reflexiones más allá de la pornografíay más acá del cine.
Morgan aparece de frente, completamente desnuda, comentando el material que aparece en la pantalla. Sus
intervenciones son bastante divertidas, aunque no todo lo que le han escritoes brillante. Es simpática y sucede
algo interesante: casi inmediatamente deja de llamarnos la atención que sea un desnudo frontal permanente.
Incluso no tiene nada de “sexy”, es el cuerpo no más yella hablando o haciendo observaciones graciosas (hay algo
de Beavis y Butt-Head en el procedimiento) sobre lo que vemos. El cuerpo desnudo no ofende, sería la primera
lección, ni dice gran cosa unavez que nos acostumbramos a él.
Luego se desarrolla la historia de la pornografía con tono de comedia. Segunda idea interesante, especialmente
cuando se intercalan escenas de la propia Katie en algunade sus películas: gran parte del porno es satírico. Es
decir: sátira –o parodia– profana con chistes sexuales y secuencias de sexo explícito (cuando los filmes tienen
algún argumento, dicho sea depaso). Esto proviene de que –créase o no– el porno tiene una tradición tan vieja
como el arte no porno y de allí es desde donde arranca la cuestión documental.
La serie incluye mucho material “histórico”y una explicación precisa –no necesariamente completa– de por qué la
pornografía comenzó a ser perseguida desde el surgimiento de la burguesía moderna (dejemos la burguesía
romana, que también...