Muñoz Marìn y la Revoluciòn Cubana

Luis Muñoz Marín y los Primeros años de la revolución cubana
Por Ángel M. Rivera Rivera
Desde la guerra revolucionaria en Cuba (1956-58), la Antilla Mayor estaba familiarizada y pendiente de la experiencia política de Puerto Rico a partir del año 1940. En un memorando confidencial de Arturo Morales Carrión, Secretario de Estado de Puerto Rico, al Gobernador Luis Muñoz Marín, de fecha de 8 dejulio de 1957, informaba el primero de una entrevista que sostuviera con el Embajador cubano “at large” Delfín H. Pupo. Decía Morales que Pupo admitió ser amigo personal de Fulgencio Batista pero no era un político activo. Explicaba el embajador cubano que había propuesto a Batista que enviase un funcionario del gobierno cubano para estudiar el desarrollo económico y social de Puerto Rico,señalando aquellos logros y experiencias de posible utilidad para Cuba. Batista le contestó que creía muy útil ese estudio porque admiraba la obra de Muñoz Marín. Ese funcionario habría de ser el mismo Pupo.
Morales, admirable diplomático, fue cauteloso al evaluar al gobierno cubano en plena guerra revolucionaria. Le indicó a Pupo que el gobierno de Puerto Rico censuraba el “madrugón” de Batista1y su política represiva de los últimos tiempos. Pero el Gobierno de Puerto Rico siempre había advertido una “clara diferencia” entre Batista y Trujillo. Veía Puerto Rico en Batista – decía Morales – a “un gobernante interesado en respetar las libertades públicas y no a un dictador sanguinario como lo es el dominicano”. Por esa razón – continuaba planteando Morales – no se explicaba el gobiernode Puerto Rico “por que Batista no realizaba nuevos esfuerzos para asegurarle al pueblo cubano elecciones honradas como las que había celebrado en el 1944”. Planteó Morales al colega Pupo su punto de vista personal de que “ningún movimiento político cubano se había presentado ante el pueblo con un programa de acción fundado en las realidades y necesidades de Cuba”. En lo adelante, Moralesobsequió a Pupo con el último programa político del Partido Popular Democrático (PPD).
Lo anterior es una muestra de la cercanía e interés mutuo de ambos gobiernos y presagió la cercanía y el interés de Muñoz en cuanto al proceso cubano de finales de la década de los 50’ y principios de los 60’.
El 9 de enero de 1959, triunfante la revolución cubana, Muñoz escribió al Director de la Revista BOHEMIAen Cuba en los términos más elogiosos posibles y hasta con trazos de premonición. En ella Muñoz planteó que: “La revolución llevada a cabo por Fidel Castro y sus muchachos y el pueblo cubano en masa es el acontecimiento más alentador que conozco en la historia de la República cubana. Es igualmente de muy grande significación en la historia de América Latina. Creo que el gobierno que se fundesobre ese movimiento será estable y firmemente democrático. Tiene una maravillosa oportunidad de llevar a cabo una tarea dinámica y creadora, en establecer un programa de, y (Sic) ahondar un método y una actitud de gobierno dignos del magnífico espíritu del pueblo cubano. Ya era tiempo de que una gran revolución del coraje y del valor se convirtiera, como a todas luces parece que esta puedeconvertirse, en una gran revolución del espíritu y la moral”. (Subrayado nuestro)
Al igual que en el memorando de Morales, en esta carta de Muñoz se manifiesta la tendencia y la creencia de los personeros oficiales del ELA de que las transformaciones de los pueblos se dan conforme a un programa preconcebido más o menos a la medida teórica del ente político que se pretende transformar. Por supuesto,Morales y Muñoz partían de la experiencia de Puerto Rico a partir 1940.
Continúa Muñoz en su carta a Quevedo alabando la revolución cubana porque fue un movimiento masivo de pueblo y no un golpe de Estado; efectuada por un ejército rebelde altamente disciplinado; por una experiencia novel y porque la revolución no fue meramente la caída de “un dictador más”, como le llamó a Batista, sino una...