Mube
La inteligencia del proyecto: al nivel del entorno, un espacio urbano plaza para esculturas al aire libre y que alberga un teatro abierto, un estanque de agua y jardines, concebidos por Roberto Burle Marx como muestra ejemplar del conocimiento artístico y científico del jardín en Brasil; abajo, redibujando el terreno y asíaprovechando el desnivel entre las dos calles, como falso subsuelo, un edificio que acoge exposiciones temporales, pinacoteca, oficinas de administración, depósitos, cafetería y una sala de actos.
Sin embargo, analizado desde la perspectiva de la estética que confirma su constructividad, la primera visión que ofrece el mube desde la avenida principal, es de una arquitectura que no se muestra.Resguardada por agua y jardines, se construye una arquitectura que en principio solamente se intuye a través de un gesto único, incisivo, inmemorial: una gran losa sobre una plaza dura.
Situado en una zona residencial de la ciudad, el MUBE fue inicialmente pensado para ser un museo de escultura y ecología que se relacionase con las actividades culturales del vecino Museo de Imagen y Sonido. Se decidióque su destino sería dar cuenta del paisaje, espejos de agua, grandes arboledas, flores nativas, proyectada por el paisajista Roberto Burle Marx, un ejemplo del jardín brasilero y del acervo de esculturas de la ciudad, documentado y administrado a partir de este lugar. De esta manera, se pensó desarrollar un proyecto cultural amplio existente en la ciudad y organizar oportunas exposicionestemporales en el recinto del propio museo.
El museo de esculturas fue concebido como un jardín, con una sombra y un teatro al aire libre, rebajado en el terreno. El edificio principal, no aparece a cielo abierto, a no ser por una cu-bierta, lugar de abrigo simbólico sobre el jardín, punto de referencia y parámetro de escala entre las esculturas y el observador.
Ese simple abrigo, como un zaguán oportal, está proyectado con 12 metros de ancho y 60 metros de largo. El museo propiamente dicho, debido al aprovechamiento de las diferencias de nivel existentes a lo largo de los límites del terreno, está proyectado como un falso subsuelo que volviendo hacia el interior redibuja el lote hacia la superficie.
Paulo Mendes da Rocha, arquitecto brasileño, autor del museo y discípulo
de la gran escuelaque dejó Niemeyer comulga con la formalidad minimalista de formas y
Volúmenes prismáticos en los que la textura cobra especial protagonismo. Trabaja, casi exclusivamente, con hormigón. Su obra se despliega paralelamente al desarrollo de Brasil durante las últimas décadas. Ese desarrollo nacional provoca un entorno propicio para el crecimiento en todos los sentidos, incluida la arquitectura, másaun cuando la capital del mismo se traslada a Brasilia, una ciudad de medio siglo de vida y casi tres millones de habitantes. Es en Sao Paulo donde encontramos a esta famosa obra de Mendes da Rocha. Un edificio altamente reconocible por el gran dintel o viga de 12 metros de ancho que actúa de resguardo a la superficie que cubre. Debido a la baja edificabilidad y al programa del edificio el museopropone una gran superficie al aire libre donde situar exposiciones. El resto de salas y espacios servidores se esconden provocado por el desnivel de la calle. Constructivamente resulta una obra muy interesante. Suele ser esta cualidad algo habitual en los diseños de Mendes da Rocha. Encontramos en el museo como en otros casos específicos que introduce algún elemento característico y distintivomuy relacionado con el apartado constructivo y, también, con el hormigón. Forjados de mínimo espesor, vigas prefabricadas de gran escala a las que dota de funcionalidad o, en el caso del MuBE, un gran dintel sin juntas de dilatación que asume, por qué no, valores escultóricos.
La viga, de gran canto (2’5 metros), como era de esperar, es hueca y alberga la instalación eléctrica para iluminar la...
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