mudanza y acarreo

El novio que se libero de la luna de miel

Cuando sintió acercarse la hora de la boda, tuvo un miedo enorme y estaba tan nevoso que intento anudar su corbata doce veces en su doceavo intento le vino al pensamiento la novia como si fuera la luna llena.
La veía flotando con su vestido y decía la luna llenita, la luna de miel, comenzó a imaginarse su novia con su vestido blanco, le parecíaenorme y se imaginaba lo hermosa que se vería ella con su vestido decía que era una belleza astral.
El estaba tan nervioso que miraba su reloj y miraba y miraba por su ventana para ver si al quien le ayudaba pero no había nadie.
La novia en eso mismos instantes la novia en su casa le preguntaba a su madre que por que los vestidos de novia eran tan largos? Mientras se media su hermoso vestido,ella se sentía larga, se sentía que iba creciendo era tan grande su sentir que pensaba que iba a romper el techo y iba a llegar a las nubes.
Una y otra vez el novio se miraba y se miraba y se anudaba su corbata una y otra vez, sudoroso, temeroso, ya se acercaba la hora y llegaría tarde.
Los invitados estaban en la boda, sentados en una hilera, el padre del novio que era presidente delayuntamiento les había prestado para la misma. Al padre le acompañaban el síndico y los regidores que estaban sentados en la primera fila, las personas más importantes de esa ciudad asistieron a la boda.
La novia en casa se colocaba su vestido y le ayudaban a vestirse dos jovencitas que en su boda eran doncellas. La ceremonia ya se había retrasado pero ella vivía su gran momento viendo como su vestidocaía en su cuerpo.
Ellos pensaban que el acto matrimonial seria un despliegue hacia un mundo poblado de ángeles, arcángeles, estrellas y cielos en fin que sería hermoso.
El nudo que el novio tenía en el cuello persistía y le calentaba las arterias, ya los que acompañaban al padre del novio habían consumido medio tanque de cerveza. El tiempo y las bebidas habían puesto al padre de mal humor pero elsindico que estaba a su lado le sermoneaba diciéndole: “Dale gracias a Dios que su hijo se va a casas esta noche con la joven más bella del pueblo”.
Pero el presidente miraba al sindico con sorna, como diciéndole:”El que debe dar gracias es usted, que mi hijo se casa con su hija, a pesar de que le dije que no lo hiciera, que se iba a meter con una familia de nadies”.
Ya el novio llevaba el nudotreinta y dos. La corbata aun seguía mal atada. Era un nudo oblicuo, torcido, sino decencia. Era una corbata atada al cuello, sin mas era un nudo, solamente.
No obstante era firme. Lo agarraba, lo asfixiaba, no tuvo más remedio que deshacerlo, tirar la corbata con todas sus fuerzas y librar su cuello de ese calor interno que se difuminaba por todo el cuerpo.
“La niña”, era la madre que nodejaba de hablarle, acariciarla, cuidándole su atuendo. Era natural temía perderla “ la niña, en tu luna de miel compórtate bien. Al hombre hay que darle lo que quiere, ese es el momento de conquistarlo para siempre”. La hija tenía el velo puesto; la coronilla brillaba en la cómoda.
En el espaldar de una silla estaba el saco del traje, esperando que lo colocaran en el cuerpo del novio. En el balcóneste columbraba las calles. Vio a un señor que doblaba por una esquina. Sus señas fueron inútiles. El reloj marcaba las ocho y media.
Pensaba en la novia que a esta hora estaría en el salón de bodas, un poco impaciente, pero feliz. Rodeada de doncellas, acompañada de los padres, celebrada por las amigas envidiosas que en sus adentros se dirían “Que suerte tuvo, como no me toco a mí estar en sulugar, con ese hombre”.
¿Qué te sucede que te veo flotando? Le comento la madre cuando le ceñía la corona.
Es que el vestido es muy ancho le decía, pero le mentía guardándose su verdadera sensación. Luna, lunita llena, luna de miel.
Ella se sentía levitar hacia la congregación nupcial, en el balcón pendía un hombre de las barandas. Sus largos pies en el aire casi llegaban al suelo. El...