Mudras
Por Adrián Marcelli
Los componentes de ekâgrata son: mudra, mandala y mantra. En los capítulos
siguientes abordaremos cada una de estas técnicas, con el fin de ubicar
claramente cómo funcionan las herramientas privilegiadas que ofrece el prathyâhâra, vía ekâgrata, para establecer un camino hacia Samyama.
Mudra es un término sánscrito (mud=gozo; ra= producir) que describe el conjunto
de los gestos del cuerpo, principalmente de las manos, para facilitar el equilibrio
de la energía vital de una persona. Los mudras en prathyâhâra también subrayan
una actitud. En otras acepciones libres el término mudra se traduce también como sellar, tapar: “sello que produce gozo”. Se puede entender como un corto circuito
yoghístico. Es la conexión de nuestros movimientos con arquetipos esenciales.
Los mudras de las manos tienen su origen primordial en la vía del Tantra, ya que
en el Yoga clásico se señalan sólo algunos mudras para la meditación.
El budismo ha contribuido de manera destacada en el estudio y la utilización de
los mudras. Algunos textos refieren que los mudras en el mundo budista se utilizan a partir de los siglos VII y VIII. El primero en aparecer pudo haber sido el
abhayamudra (gesto de alejar el temor), al que se agregan luego el dhyana
mudra (gesto de concentración), bhumisparsamudra (gesto de poner a la tierra
por testigo de la iluminación), upadesamudra (sermón), vyakhyanamudra (enseñanza), y dharmacakrapravartanamudra (puesta en movimiento de la rueda
de la Ley o Dharma).
En definitiva, son gestos que expresan pensamientos y sentimientos en
situaciones de la vida cotidiana, y afirman nuestra habilidad de graduación mental
(racional y emocional). Su origen es milenario. Según la tradición hindú,
transportan mensajes, desde las manos hacia el ser físico, psicológico y espiritual de cada persona.
El mudra es una forma de conducción de nuestra propia energía que permite
lograr un nuevo equilibrio así como aprovechar el Prana. Las posiciones de los
dedos de la mano dirigen la energía y la presión sutil de los dedos balancea el
cuerpo. La práctica con mudras nos permite graduar el flujo de la energía. La sensación en la utilización de los mudras es la de una vibración sutil en los dedos.
Al principio de su práctica puede darse una sensación de entumecimiento, de calor
caliente o de frío.
Es importante utilizar los mudras en la vida cotidiana para balancear el flujo de la
energía, con el fin de experimentar un bienestar total. Los mudras constituyen una
metodología que balancea la energía alternativa de la salud y que no tiene ningún
efecto perjudicial; puede ser muy eficaz en el plano emocional, y es fácil de
realizarse.
Un mudra es un gesto o posición, normalmente de las manos, que atrapa y guía el
flujo de energía al cerebro. Doblando, cruzando, estirando y tocando los dedos y
las manos, podemos hablar con el cuerpo y la mente, dado que cada área de la mano está relacionada con cierta parte de la mente o el cuerpo.
Nuestra vida cotidiana está impregnada de gestos, cuyo origen apenas nadie
conoce: alzar el pulgar para desear suerte a alguien, aplaudir, estrechar la mano,
dar una palmada en el hombro, mostrar el puño o levantar el dedo medio, son
mensajes con una carga energética específica que pocas veces observamos
conscientemente.
Comúnmente las manos son consideradas como una extensión de nuestro
cerebro, y nos sirven para reforzar la expresión y mostrar un estado de ánimo
específico. Su posición en prathyâhâra es muy importante, porque permiten un
equilibrio básico graduando nuestra capacidad perceptual y nuestras emociones,
al adoptar una posición en donde la ...
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