mueble

Y un día Racing pudo festejar en Avellaneda. Debieron pasar siete partidos, con un empate y seis derrotas, para que los hinchas pudieran tener un desahogo. Claro, tenía que ser ante River,parecía cantado. Ante otro grande en desgracia, que va a cerrar un torneo paupérrimo, el equipo de Carlos Merlo tuvo su desahogo. Con un gol de entrada de Bruno Zuculini, venció 1 a 0 y se regalóalgo de la paz que le inculcó Mostaza.

El primer tiempo fue netamente favorable a Racing, que dominó el mediocampo con el buen accionar de Gastón Campi, Agustín Pelletieri y Zuculini, más laseguridad y proyecciones desde el fondo del juvenil José Luis Gómez.

Por el contrario, River estuvo impreciso, sin llegadas y con los mismos problemas de las últimas fechas, con apenas el buenjuego de Manuel Lanzini, quienestuvo aislado y sin compañía.

A los 13 minutos se produjo la apertura del marcador. Rodrigo De Paul ejecutó un tiro libre desde el sector izquierdo para queZuculini, con un cabezazo defectuoso y sin marca, venciera la resistencia del indefenso Marcelo Barovero.

Racing continuó con el dominio y dispuso de las opciones más claras para aumentar, anteun River inofensivo.

Sobre la hora el colombiano Teófilo Gutiérrez, quien fue silbado durante todo el primer tiempo por la parcialidad de Racing, dispuso de la chance más clara para empatarpero Sebastián Saja envió su remate por encima del travesaño. Fue una gran oportunidad para empatar.

La parte final mostró a un River más adelantado, pero sin ideas y gracias a la buenadefensa de Racing, no pudo acercarse con peligro y se retiró con otro revés y mucha preocupación para el entrenador Ramón Angel Díaz, quien no encuentra el camino de la recuperación a pesar de la grancantidad de cambios que realiza.

De hecho, ayer volvió a la cancha el volante Martín Aguirre, quien viene desde la B Nacional y se rompió los ligamentos cruzado de la rodilla derecha.